Sensible descenso del precio de la carne y de la hacienda
Lo provocan el aumento de la oferta y la desaparición de la demanda exportadora
La sensible caída de hasta un 40 por ciento en el precio de los cortes cárnicos más caros y el derrumbe de las cotizaciones valores de la hacienda -que se ubicaron entre los más bajos de los últimos 15 años- responden a tres factores preponderantes: la creciente iliquidez, la limitación del crédito para el productor ganadero y el cierre de los mercados externos a las carnes argentinas por causa de la fiebre aftosa.
Algunos especialistas consultados por LA NACION opinaron que esta tendencia podría mantenerse aún varios meses más, hasta que se restablezca la demanda por parte de la industria exportadora y los productores logren acceder a un flujo regular de financiamiento.
"En las góndolas, los cortes finos -lomo y bife de chorizo- bajaron entre un 30 y un 40 por ciento en los últimos meses, mientras que el precio de la hacienda descendió entre un 10 y un 15 por ciento respecto del año anterior", explicó el presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), Miguel Schiariti. Si bien la industria exportadora participa sólo con un 15 por ciento de la demanda total de carnes, en ocasiones sus compras producen un fuerte efecto alcista, dado que los frigoríficos exportadores están dispuestos a pagar mejores precios que los de consumo interno.
Así, la hacienda cruzó hace dos semanas en el Mercado de Liniers -principal plaza concentradora de ganados y carnes- la barrera de 0,75 peso por kilo.
El productor ganadero y vicepresidente del Mercado de Liniers, Ignacio Gómez Alzaga, sostuvo que algunos problemas estacionales -inundaciones- motivaron el envío de ganado a Liniers, con el consecuente aumento de la demanda y la caída de los precios. Pero hay algo más. "Ante la dificultad para obtener crédito, el productor debe recurrir a la hacienda para cubrir sus compromisos", reconoció Gómez Alzaga.
Falta de créditos
El titular de la Cámara Argentina de Productores de Carne Vacuna, Javier Martínez del Valle, coincidió en este punto y sostuvo: "Esto es producto del corte del sistema financiero, que dejó de prestar, con el consecuente achique de las líneas de créditos", dijo, al tiempo que agregó: "Entonces hay que apelar a la vieja caja, que es el ganado".
Por estos días, los productores que poseen unidades mixtas -agrícola-ganaderas- están urgidos de fondos para iniciar las labores para la próxima campaña de granos gruesos -soja, maíz y girasol-. Pero al no contar con el financiamiento bancario, deben "hacer tronar" su disponibilidad ganadera, tal cual lo definió un analista de la Asociación Argentina de Consorcios de Experimentación Agrícola (Aacrea). "Se está dando que la cadena de cobro y pago entre las carnicerías y los proveedores también está cortada, con lo cual el comercio también optó por bajar los precios de los cortes para vender más", consideró, además, Martínez del Valle.
En la Argentina, alrededor del 60 por ciento de la venta de carnes se efectúa por medio de las carnicerías y, en las últimas semanas, ha podido observarse una fuerte rebaja de hasta un 40% en los cortes caros, como el bife de chorizo y el lomo. El retiro de la demanda exportadora tras el cierre de los mercados externos ante la reaparición de la fiebre aftosa propinó un duro golpe a los valores del peso vivo de la carne.
"Mucha gente opina que si la exportación estuviese activa, el precio del novillo habría alcanzado valores récord", sostuvo el titular de la Cámara de Productores de Carne Vacuna, y fundamentó su argumento al explicar que ésta es la época en la que las empresas exportadoras ofrecen mejores valores para cubrir la cuota europea de cortes de alta calidad tipo Hilton, en este momento suspendida desde marzo.
Buena parte de esa carne que los frigoríficos tenían como stock para embarcar al exterior debió destinarse al mercado interno a precios "de remate", como afirma la Ciccra, con la consecuente caída de los precios minoristas.
"En realidad, los valores se desplomaron por la desaparición del sector exportador, pero también ha comenzado a notarse un cambio de hábitos en el consumidor, que dejó de hacer sus compras mensuales en el supermercado y sólo adquiere lo necesario", explicó Schiariti, y dijo que había cierta inquietud ante la posibilidad de que en el futuro, cuando los mercados externos admitan las carnes argentinas, la disponibilidad de ganado para cubrir esa demanda termine siendo muy escasa.