Signo de los tiempos: el nuevo Henry Ford es chino
Li Shufu, presidente de Geely, se convierte en el mayor accionista del grupo Daimler
Al magnate chino Li Shufu le gusta dar sorpresas. De esas que dejan con la boca abierta. La última, a finales del mes pasado, sacudió a la industria automotriz: durante un año, Li diseñó una compleja estrategia de inversión para sortear el veto inicial y convertirse en el mayor accionista del grupo alemán Daimler, matriz de Mercedes-Benz.
Los US$9000 millones que le ha costado hacerse con el 9,69% de la empresa suponen más la mitad de la fortuna que le atribuyen Forber (US$17.100 millones) o NetWorth (15.850 millones), pero este multimillonario al que le gusta pasar desapercibido en el resto de los ámbitos de su vida nunca ha escatimado recursos para hacer realidad sus sueños.
Pertenece Li Shufu a esa apasionante estirpe de empresarios chinos que se han hecho a sí mismos desde cero. Es de esos que, después de haber sufrido durante la niñez el calvario de la Revolución Cultural de Mao Zedong, se apresuraron a explotar las oportunidades que les brindó Deng Xiaoping con la apertura al exterior y la sustitución del comunismo maoísta por el pragmático ?socialismo con características chinas'.
Después de abandonar el campo que sus padres labraban, estudió ingeniería y fabricó su propia cámara fotográfica para ganarse la vida haciendo fotos a los turistas. En 1986, ya había ahorrado lo suficiente para fundar Geely (que significa ?afortunado' en chino), y comenzó a fabricar piezas de frigoríficos. Siete años más tarde saltó al sector de las motocicletas tomando el control de una fábrica estatal en bancarrota y, en 1997, aterrizó en el de los automóviles.
La inversión en Daimler y la compra de un importante porcentaje de acciones en Lotus y Proton (un fabricante de Malasia) marcan la culminación de una carrera meteórica que, de momento, no se ha visto salpicada por la implacable lucha anticorrupción liderada por el presidente chino, Xi Jinping. De hecho, a diferencia de otros coetáneos con los que comparte orígenes humildes y una carrera empresarial brillante, Li se ha caracterizado siempre por una humildad y un estilo de vida modesto que contrastan con la ostentación de personajes caídos en desgracia, desde Wang Jianlin, presidente de la menguante Wanda, hasta Wu Xiaohui, director hasta su detención de la aseguradora Anbang y marido de una nieta de Deng Xiaoping.