En el campo empresario. Sin expectativas de cambios
¿Qué esperan los empresarios que cambie después de las elecciones? Casi nada. Incluso, más que un resumen de expectativas, parecería un deseo. Los mismos que creen que el ministro Roberto Lavagna podría ser una víctima de un triunfo claro de Néstor Kirchner sobre Eduardo Duhalde se espantan al repasar los nombres de algunos posibles reemplazantes. Los que más los tranquilizan son los de Martín Redrado, Alfonso Prat-Gay y Mario Blejer, aunque algunos preferirían que no se cambiara de conductor en el Palacio de Hacienda.
Lavagna hizo saber que quiere quedarse aunque el kirchnerismo arrase en las urnas al duhaldismo. "Se habrá dado cuenta de que no se puede construir una carrera política desde el llano. Le habrá servido el ejemplo de Cavallo, que se peleó con Menem y volvió a empezar de abajo, pero perdió la elección de jefe de gobierno porteño con Ibarra, que era un candidato bastante débil", recordó un hombre de empresa.
Kirchner y los funcionarios de su mayor confianza han mantenido reserva sobre lo que piensa hacer el Presidente con el gabinete el día posterior a los comicios. "No va a pasar nada. El kirchnerismo y el duhaldismo van a arreglar. Ya lo dijo Alberto Balestrini, y por eso casi lo matan; reveló que es una fantasía que el duhaldismo vaya a ser la oposición", explicó otro empresario que cree que Lavagna permanecerá en su cargo.
Algunas lecturas políticas sostienen, sin embargo, que con el kirchnerismo vencedor sobre el duhaldismo y el radicalismo en la provincia de Buenos Aires "desaparece el poder de la coalición entre Duhalde y Alfonsín, que es el principal sustento político de Lavagna en el Ministerio de Economía, y Kirchner va a terminar sacándolo del cargo, si no de inmediato, con el correr de los meses".
La posición de Lavagna es que no hay motivo para que él se vaya si no cambia la política económica. Claro que dentro del kirchnerismo hay quienes creen que hay que hacer cambios.
El ex secretario de Finanzas Daniel Marx cree que el dólar débil y su consecuencia, el alto valor de las materias primas, van a continuar, lo que es favorable para la Argentina.
El problema es qué hará la Argentina para aprovechar ese viento a favor. La experiencia parece indicar que tratar de competir con China en algunos sectores apelando al dólar alto no garantiza el éxito. Algunos creen que podría haber cambios en una política que tiene como costo los salarios bajos. Entonces también podrían cambiar las alianzas con los empresarios y habría que ver cómo lo toma Lavagna.
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