Soros: la recesión será aún más profunda en algunos países
Mercados: el magnate húngaro-norteamericano, con fuertes inversiones en la Argentina pronostica una nueva baja de precios en los próximos meses.
(Newsweek).- Soros habla de las probabilidades de una recesión y cuenta cómo es ser tachado de especulador malvado. Mientras los mercados norteamericanos daban un suspiro de alivio, George Soros se sentó con Newsweek a explicar por qué sigue siendo pesimista. El empresario, definido como "el hombre que hizo quebrar al Banco de Inglaterra" -y muchas otras cosas peores-, también reflexionó sobre su propio papel.
-¿Cómo interpreta lo ocurrido en los últimos treinta días? La sensación general es que las cosas se están arreglando.
-La recuperación es muy impresionante. Pero personalmente creo que éste es un mercado en baja, y las anteriores cotizaciones mínimas serán puestas a prueba una vez más, digamos, el año próximo. Lo que ocurrió es que la respuesta de las autoridades, cuando los mercados centrales se vieron amenazados, fue muy rápida, y efectiva, y la transformación de (Alan) Greenspan al respecto fue impresionante. Básicamente, los mercados estuvieron muy cerca de un derrumbe con la crisis del LTCM (un fondo norteamericano de alto riesgo), y primero la Reserva Federal de Nueva York intervino y armó un paquete de rescate impidiendo que se desplomaran. Después dio una fuerte señal al reducir las tasas e inyectar liquidez, y funcionó muy bien. Yo no espero una reacción de pánico, sino más bien una erosión gradual y posiblemente una recesión.
-¿Puede explicarlo un poco más?
-Fundamentalmente, tenemos ahora un tercio de la economía mundial en grave recesión. Eso, por supuesto, incluye a Japón. En algunos países, la situación va a empeorar. Aun con un paquete de rescate, Brasil entrará en una recesión bastante seria. La forma en que nuestra economía responda, y la forma en que la economía europea responda, tendrá un muy importante impacto en la respuesta de la economía global. Pero ese tercio es el elemento que va a arrastrar barranca abajo a la economía global porque crea un exceso de capacidad y reduce las oportunidades de inversión. También tenemos en EE.UU. una prosperidad bastante madura, donde indudablemente se producen presiones de costos. Así, éstos son los factores que me hacen pensar en la posibilidad de que la economía global se deslice a una recesión el año próximo o el siguiente.
-Usted ha dicho que los excesos del mercado pueden socavar la democracia y las virtudes cívicas. ¿Puede profundizar esa idea?
-Mi opinión es que debemos distinguir entre nuestro papel como participantes del mercado y competidores y nuestro papel como ciudadanos y hacedores de reglas. Si hay un interés colectivo que no encuentra expresión en el mercado, entonces uno, como ciudadano, debe preocuparse por ese interés colectivo. Si no lo hace, se condena a sí mismo a una sociedad que se vuelve crecientemente inestable, y también injusta. Es, en realidad, en el centro, en los países prósperos, donde esta conciencia de una responsabilidad global debe desarrollarse, y ya hay signos de ella. Pero resulta bastante notable que hoy sea Estados Unidos el principal impedimento para cualquier clase de cooperación.
-Usted no parece concordar con la justificación académica de los especuladores: que ellos tienden a devolver al mercado su equilibrio. Sin embargo, esto es algo que Ud. se pasó la vida haciendo. Si concordara con los académicos, podría justificarlo como socialmente útil. Pero si está de acuerdo consigo mismo, es difícil ver cómo justifica lo que hace.
-Bueno, lo hago por las ganancias. No lo hago por el bien de la mayoría. Escribo un libro por el bien de la mayoría. Separo el hecho de ser un competidor del hecho de ser un hacedor de reglas, y en realidad abogo por un cambio de reglas, pues pienso que los mercados financieros, en particular los mercados globales, necesitan mayor supervisión. Y hay que poner límites al uso del crédito, ya que una de las mayores fuentes de inestabilidad está en el uso del apalancamiento. Esto lo vengo sosteniendo desde hace un tiempo, como usted sabe. Atestigüé ante el Congreso, donde dije que estos derivados altamente apalancados son muy desestabilizantes.
Ahora hay una desafortunada confusión respecto de los fondos de alto riesgo, porque éstos cubren una multitud de pecados. Por ejemplo, nuestro fondo de cobertura no tiene absolutamente nada que ver con las operaciones del LTCM. Es un tipo de operación totalmente diferente. Pero como los modos de los mercados son misteriosos, los fondos de alto riesgo se identifican fácilmente con el diablo, y yo personalmente tengo el privilegio de jugar el papel del diablo. Considero que los fondos de cobertura deberían regularse, al igual que cualquier otro participante del mercado. Ahora, como esos fondos están en el extranjero, son más difíciles de regular, pero no creo que sea en absoluto imposible si las autoridades nacionales cooperan entre sí.
-¿Puede explayarse un poco sobre la experiencia de que lo conviertan en un demonio, junto con los fondos de alto riesgo?
-Sabe, en realidad no me molesta tanto. La única forma de contrarrestarlo es tratar de ser abierto, entablar diálogos e intentar explicar cómo funcionan los mercados. Pero en general no estoy presente cuando me cuelgan en efigie, así que no me toca personalmente.
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