Lenta normalización en el campo. Temen que persista la falta de gasoil
A los productores ya les preocupa cómo será el suministro durante la cosecha de la soja
Mientras en algunas localidades del sur bonaerense comenzó a normalizarse lentamente el suministro de gasoil para la cosecha de trigo, los productores temen ahora que la falta de combustible se repita en un par de meses, cuando se inicie la recolección del girasol, el maíz y la soja, que en conjunto ocupan una superficie de más de 19 millones de hectáreas, y esto ocasione, además, graves pérdidas económicas.
La preocupación que hoy comparten los empresarios del agro y los contratistas rurales es que si ya hubo problemas cuando restaban cosecharse casi 2 millones de hectáreas de trigo nada garantiza que no se presenten inconvenientes cuando se tengan que recolectar más de 19 millones de hectáreas, de las cuales 14,2 millones corresponden a soja, el principal cultivo de la Argentina, que en esta campaña arrojaría una producción de 39 millones de toneladas.
En la actualidad, el campo consume unos 4000 millones de litros de gasoil por año, sobre un total de 12.000 millones de litros que se venden en el mercado. De su requerimiento propio de combustible utiliza un 40 por ciento en tareas relacionadas con la cosecha de soja, maíz y girasol, entre otros cultivos de verano.
Para los productores, la falta de gasoil en plena cosecha de soja sería mortal. Sucede que este cultivo, que ya es susceptible como otros de sufrir pérdidas de producción por algún problema climático o relacionado con la logística en el momento en que las cosechadoras deben estar en los lotes, puede llegar a disminuir en hasta un 10 por ciento su rendimiento final si la cosecha se demora más de diez días.
"El trigo tiene una cosecha relativamente rápida, que no lleva más de 10 o 15 días (según las zonas) y no requiere grandes movimientos de camiones. Pero el maíz, el girasol y la soja se llevan prácticamente tres meses de actividad. Sería una locura si llegara a faltar gasoil otra vez", dijo a LA NACION Néstor Roulet, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez).
Marcos Rodrigué, un productor que en sociedad siembra unas 30.000 hectáreas de soja en las provincias de Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero y Chaco, directamente no quiere ni pensar qué podría ocurrir si hubiera escasez en el momento crucial de la cosecha que arrancará en unos meses.
Diferencias
"Creo que esto podría llegar a ser terrible, porque es una cosecha muy larga. No quiero ni pensar en esto. La soja no puede esperar más de una semana y el girasol también es muy susceptible a cualquier inconveniente. Sólo el maíz puede resistir un poco más", señaló este productor, que en las últimas semanas afrontó la recolección del trigo con tanques propios para almacenar 75.000 litros del combustible. "La demanda es muy alta en plena recolección de la soja. Cada cosechadora de tamaño mediano consume unos 500 litros por día para poder trabajar 25 hectáreas", recordó, por su parte, Gustavo Ferraris, técnico del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), de Pergamino.
Según Ernesto Ambrosetti, economista en jefe de la Sociedad Rural Argentina (SRA), el combustible que utiliza el agro es un insumo tan importante que define en buena medida la suerte de realizar o no una cosecha en tiempo y en forma.
"Estamos ante un insumo estratégico. Si faltara combustible pueden presentarse problemas para los productores, con pérdidas de calidad y de rinde, y para el país si esto se expande a otras regiones", afirmó el especialista.
Además de preocupar a los productores, cualquier posibilidad de que escasee gasoil mantiene en estado de alerta a los contratistas, responsables de recolectar el 70% de la cosecha.
"Sería un caos si la recolección se frenara porque no hay combustible", indicó Marcelo Lucchetti, contratista que posee dos cosechadoras que trabajan en campos de Córdoba y La Pampa.
El año pasado, Lucchetti cobró unos 100 pesos por cada hectárea que recolectaron sus máquinas, que tienen capacidad para cosechar 80 hectáreas por día.
A grandes rasgos, si faltara gasoil en plena cosecha de soja, el contratista se perdería de ganar 8000 pesos por cada día en que se llegara a retrasar la trilla.
Fuentes de Repsol YPF, empresa que tiene un 53% de participación en el mercado, descartaron que pueda haber inconvenientes con el suministro del combustible en los próximos meses. "Estamos incrementando nuestros volúmenes de entrega", subrayaron.
Hasta el momento, el abastecimiento parece normalizarse lentamente en algunas localidades del sur bonaerense, como en Coronel Dorrego, pero se sigue vendiendo con cuentagotas en otras, tal es el caso de Coronel Suárez.
"En La Pampa, falta gasoil en todos lados y la situación es compleja. Sólo está trabajando el 10% de las cosechadoras, cuando falta recolectar el 50% de la producción", denunció Dardo Chiesa, presidente de la Sociedad Rural de Macachín.
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