Preocupación en la industria automotriz. Temen una avalancha de importados en el sector
El régimen de transición del Mercosur entre el 2000 y el 2004 contempla un arancel del 35% para la importación; las empresas piden que no desaparezca el sistema de cupos.
Los empresarios del sector automotor se plantarán mañana ante el secretario de Industria, Comercio y Minería, Alieto Guadagni, e intentarán convencerlo de la necesidad de que el nuevo régimen que administrará el mercado de autos en el Mercosur entre el 2000 y el 2004 frene de alguna forma la entrada de vehículos extranjeros.
Los industriales también se reunirán el miércoles con el presidente Carlos Menem, y le expresarán el temor de que los autos que llegan desde Corea, donde la moneda se devaluó un 400%, inunden el mercado local si desaparecen los actuales cupos.
Los gobiernos argentino y brasileño firmaron un acuerdo en la última cumbre del Mercosur en el que decidieron que entre el 2000 y el 2004 cualquier particular, concesionario o terminal que quiera importar un auto lo podrá hacer pagando un arancel del 35%, sin cupos. Hoy las terminales gozan de un arancel especial del 9 por ciento.
Los industriales querían que en ese acuerdo se estableciera nuevamente un arancel preferencial. Creen que el Mercosur debe tener una industria especializada para alcanzar una escala redituable. Y que por eso necesitan importar modelos para completar la gama de oferta.
Ahora, al ver que los gobiernos no escucharon ese reclamo, el titular de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), Horacio Losoviz, señaló que "la única medida alternativa sería la fijación de cupos, para evitar la competencia desleal de vehículos provenientes de Asia."
La medida propuesta sería temporaria, "hasta que termine la competencia desleal promovida desde esos países".
En Adefa argumentan que hay autos coreanos cuyo valor FOB es de US$ 4000, y con un arancel del 35% -que llevaría el precio a US$ 5400 - la industria local no tiene cómo competir.
Para Cristiano Rattazzi, presidente de Fiat Auto Argentina, "un arancel del 35% sin cupos es muy peligroso. Nosotros somos competitivos, pero si no hacemos las cosas bien para bajar el costo argentino, si nuestro costo laboral sigue siendo un 20% más que en Brasil y ese país sigue devaluando, no se puede seguir siendo eficiente".
Del otro lado del mostrador, la percepción es distinta. "El arancel preferencial o los cupos no deben existir más. Nosotros hemos acompañado el régimen, y todos sabían que en el 2000 se acababan las preferencias. No nos parece coherente este pedido", dijo Sasson Attie, presidente de la Cámara de Importadores y Distribuidores Oficiales de Automotores.
Guadagni dijo que iban a escuchar a los empresarios, pero no adelantó opinión.
En tanto, Guadagni confirmó que la semana próxima se reunirá con los economistas Jorge Remes Lenicov, Roberto Lavagna, Federico Sturzenegger, José Luis Machinea, Ricardo López Murphy, Mario Brodershon, Daniel Artana, Arnaldo Bocco y Roberto Alemann para escuchar distintas opiniones acerca de cómo debe encararse la negociación final del régimen.
Lobby
Las terminales automotrices invirtieron -según Adefa - US$ 5000 millones entre 1991 y 1997, y dentro del indicador de crecimiento industrial de FIEL, el sector creció en ese lapso un 350 por ciento.
Estos datos cuentan a la hora de presionar al Gobierno. El automotor se convirtió a lo largo de los años en el sector con mayor fuerza de lobby dado el efecto de su producción en el nivel de empleo.
Bajará la producción
El presidente de la Asociación de Fábricas de Automotores, Horacio Losoviz, rechazó el argumento de la Secretaría de Industria de que un arancel externo común del 35% elevaría la recaudación. "Si se libera totalmente el mercado, lo que van a recaudar más por los aranceles lo van a perder en el menor aporte de la industria local, porque vamos a producir menos", dijo el empresario.
Entre el 2000 y el 2004, los gobiernos del Mercosur, como contrapartida de eliminar las compensaciones (las terminales deben exportar e importar por igual monto) monitorearán que no haya desinversión.
"Nosotros queremos sistemas automáticos, no que un funcionario nos diga qué es desinversión. Tampoco creo que el Gobierno deba decidir qué piezas importadas tendrán un arancel especial", dijo Cristiano Rattazzi, presidente de Fiat Auto Argentina.
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