Al margen de la semana. Tras un mágico congelamiento selectivo
El presidente Néstor Kirchner ha dedicado los últimos días a realizar un conmovedor esfuerzo tratando de congelar los precios de una pequeña cantidad de productos. La participación presidencial no sólo parecería corroborar un estilo de gobierno, sino también lo serio de la situación. El titular del Ejecutivo ha debido intervenir personalmente, como hizo en el pasado reciente durante las cruciales negociaciones con el FMI, para tratar de mantener estable por dos meses el precio de una variedad de yogures y de un tipo de queso crema.
Podría ser sorprendente, pero del análisis de los datos macroeconómicos surgen rápidamente datos que dejarán helados -tanto o más que como quiere Kirchner los precios- a quienes suelen creer en los preconceptos propagandísticos del actual modelo. Por ejemplo, la industria manufacturera alcanzó en 2005 un nuevo récord de producción física, levemente superior al que obtuvo en 1998. La primera pregunta es entonces ¿por qué se vive diciendo que en la década del 90 se destruyó la industria? La recesión que sobrevino después causó una debacle y entonces lo que se dice ahora es que desde el sector fabril se impulsa la recuperación del empleo. Pero los datos oficiales muestran que el sector fabril en su conjunto produce poco más que hace ocho años con 10% menos de obreros, menos horas trabajadas y salarios muy inferiores en dólares.
Podrá decirse que el sector fabril es, de todas formas, un gran aporte al crecimiento. Lo cual es cierto en parte. En conjunto el sector fabril, siempre según los datos oficiales, habría terminado 2005 creciendo menos que el total del PBI, que habría superado el 9% de mejora.
El actual modelo productivo, con tipo de cambio alto y salarios bajos que mejoran el acceso a mercados externos, logró el año último, sin embargo, que las exportaciones aumenten sólo el 50% más que el PBI (en valores constantes). En tanto, las importaciones duplicaron en velocidad de incremento la del producto, aunque es cierto que es probable que el actual ritmo tenga que ver con una compensación de la casi desaparición de las compras externas en 2002 y en 2003.
Pero también vale recordar la paradoja de que en la semana última la Argentina logró que finalmente Brasil acepte unas razonables salvaguardas contra las importaciones de Brasil, un viejo proyecto de Roberto Lavagna. Es curioso, porque la Argentina necesita protegerse del déficit comercial con su socio cuando tiene una fenomenal ventaja cambiaria, ya que el real se ha apreciado, como casi todas las demás monedas frente al alicaído dólar, mientras que el peso es sostenido artificialmente devaluado. Nuevamente para dejar fríos a algunos, mientras hubo uno a uno la Argentina tuvo superávit comercial con Brasil, en tanto que ahora no puede salir del déficit.
Aunque las salvaguardas han sido festejadas como una protección para la Argentina, no caben dudas de que también funcionarán a la inversa, cuando las industrias brasileñas eventualmente sufran por la competencia de sus vecinos.
¿Qué motorizó el crecimiento del PBI en 2005? Quienes festejan el actual modelo sostienen que el de los noventa era favorable de manera escandalosa a los bancos. De manera que probablemente esperen que en la actualidad la intermediación financiera crezca menos que el PBI. Si eso hacen, se equivocan. En medio del modelo productivo y según los datos oficiales en 2005 la intermediación financiera tuvo tasas de crecimiento que duplicaron a la del PBI y por cierto más que duplicaron la de la producción fabril.
¿Será esto porque los bancos financian al comercio exterior, a las construcción y a la inversión, que han crecido más que el PBI? Muy probablemente. Pero también tendrá algo que ver que en sus carteras los bancos tienen muchos bonos ajustables por CER, que en 2005 rindieron más del 12%, mientras que pagan tasas de un tercio de ese nivel a los depositantes.
Dato alentador
La inversión ha crecido mucho, largamente más que el doble del producto en los últimos trimestres. ¿Alcanza para sostener el crecimiento? Los especialistas dicen que todavía no. Muchas de esa inversión está constituida por la construcción de viviendas. Allí ocurre también la aparente paradoja de que aunque crece mucho la oferta, también lo hacen los precios.
Surge allí también una nueva sorpresa. El "desendeudamiento y liberación" del FMI al pagarle toda la deuda de una sola vez y por anticipado causó un aumento de alrededor del 4% en la cotización del dólar. Kirchner dijo a los ciudadanos que ahora se podrán hacer políticas que mejoren su situación. Pero para quienes necesitan bienes importados, ocurrió inicialmente lo contrario. Para quienes tienen ingresos y obtienen préstamos en pesos para comprar una vivienda, también la situación empeoró. En un solo día vieron crecer 4% el valor de aquello que necesitan adquirir.
Por cierto, en medio del modelo productivo, el agro muestra tasas de alza mayores que las del producto, pero en el caso de la pesca ha habido leves caídas.
También paradojalmente en el modelo productivo, el consumo privado crece casi lo mismo que el PBI. Y, otras sorpresa, el consumo público lo hace menos, continuado el "ajuste" que, según la ministra Felisa Miceli, ha dejado de existir.
¿En un contexto como el actual sería irrazonable que suban los precios? Los economistas dicen que no, que las condiciones macroeconómicas y no la avaricia de algunos supermercadistas o carniceros favorecen el alza del costo de vida.
¿Tendrán éxito las iniciativas presidenciales? "Si lo logra, habrá que reescribir todos los libros de texto", dice un consultor con larga memoria de todos los experimentos similares realizados en la Argentina.
Claro que hay, de momento, una gran diferencia y es la presencia del enorme superávit fiscal, que otorga gran margen de maniobra. "El Presidente, además, tiene gran variabilidad en sus decisiones, no puede pensarse de él que porque hizo tal cosa en tal oportunidad ahora, ante una situación idéntica, hará lo mismo", agrega. Y da un ejemplo contundente: "En 2004 otorgó un medio aguinaldo a quienes cobran planes jefes y jefas, pero en 2005 no lo hizo. Puede decir que a fines de 2004 estaba preocupado porque podía caer la actividad e incentivó la demanda y ahora, preocupado por la inflación, hizo lo contrario, pero lo concreto es que si uno cobra los planes no puede prever razonablemente sus ingresos. De otro modo, Kirchner puede ser un dadivoso o el peor de los ortodoxos".
¿La intención de recuperar con emisión de pesos las reservas perdidas al pagarle al FMI puede elevar un poco más el dólar este año? Los analistas dicen que sí, pero que mucho peor sería que Kirchner se entusiasmara con la idea del venezolano Chávez de destinar la mitad de las reservas para dar créditos subsidiados al sector privado por medio de un banco estatal.
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