Tres despedidos en la pelea por los recursos del Banco Nación

El presidente del Banco Nación (BNA), Javier González Fraga, desplazó ayer al vicepresidentes de la entidad y a dos miembros más del directorio. Es el comienzo de una reorganización que busca adaptar la gestión a su impronta y a su mirada de la actividad financiera y marcar distancia con Hacienda, tras el cortocircuito provocado por la inclusión de un artículo en el proyecto de presupuesto 2018 que obliga al banco a transferirle al Tesoro $ 20.000 millones de su capital social.

Según pudo establecer LA NACION, González Fraga les pidió a todos ellos la renuncia, que obtuvo casi de inmediato, y tiene previsto llevar además un recambio mayor que no sólo incluirá a la mesa directiva del banco, sino que también avanzaría sobre las principales gerencias. Todo para "tener criterios más homogéneos en la conducción del banco", justificaban.

Vale recordar que allí heredó la estructura que había montado su colega Carlos Melconian, que presidió el BNA desde la asunción de Macri hasta enero de este año.

Los "renunciados" son el vicepresidente del BNA, el economista mendocino Enrique Vaquié, que había asumido ese cargo hace apenas 8 meses; Luis Ribaya, quien se desempeñaba como vicepresidente segundo, y Alejandro Henke, que era director. Pero la purga se completaría en las próximas semanas, coincidieron en describir a LA NACION distintas fuentes, con otros dos desplazamientos que -por el momento- quedaron postergados para no dejar al directorio de la entidad sin quorum.

De allí que anoche mismo se apuraban los reemplazos, lo que llevó a Juan José Gómez Centurión a dejar la Aduana (asumirá la vicepresidencia del BNA) y agregaría en las próximas horas a Guillermo Bernaudo (ex jefe de Gabinete del Ministerio de Agroindustria) y Diego Dequino, economista de la Bolsa de Córdoba.

Del lado de las bajas trascendió que Vaquié encontraría nueva función en áreas de la Jefatura de Gabinete y Henke podría sumarse el equipo de Finanzas, que recientemente se quedó sin subsecretario de Financiamiento, ante la renuncia de Patricio Merlani.

El recambio aparece como secuela de la disputa interna que desató el artículo 89 del proyecto de presupuesto al obligar al BNA a transferirle $ 20.000 millones al Tesoro el año que viene y establecer que desde 2019 en adelante deberá girarle "20% de sus utilidades remanentes".

"Con la inflación, dejar dormido un capital que el Nación recién va a usar en tres años nos parece ineficiente. Además, muchos bancos públicos provinciales asisten a sus tesoros", defendió la iniciativa el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en el Congreso. Aludía a un capital que excede en más de 40.000 millones las exigencias regulatorias del BCRA,

Ese enfoque era compartido por los directivos desplazados ayer y por el propio Vaquié, que había desembarcado allí por pedido de Dujovne, lo que le costó el cargo. A eso se agregaban desencuentros con ciertos enfoques crediticios de González Fraga y diferencias respecto de la manera de eficientizar un banco que tiene 18.000 empleados y baja productividad per cápita.