La lección que nos deja la falla: ocuparse más del mapa de riesgos

A las 7.07 de la mañana, una falla en la región del Litoral, de donde proviene la generación hidroeléctrica de las centrales de Yacyretá y Salto Grande, produjo una reacción en cadena y el sistema eléctrico argentino colapsó. La causa de esa falla se investiga y deberá traducirse en un reporte que elaborará Cammesa (la empresa a cargo de la comercialización mayorista y del despacho eléctrico) a partir de la información que recabe entre los agentes del sistema.

A esa hora, y en día feriado, el sistema no estaba exigido, la demanda no superaba los 13.000 MW de potencia, cuando en un día de actividad normal en esta época del año la demanda de potencia puede alcanzar entre las 17 y las 22 los 23.000 megavatios. Recordemos que los picos de demanda se producen en verano en los días de mucho calor. El sistema también operaba dentro del rango en la zona donde se produjo la falla.

Frente al colapso del sistema que afectó prácticamente a toda la Argentina (la provincia de Tierra del Fuego no está interconectada al sistema nacional) y a regiones de países vecinos interconectadas con nuestro sistema, se aplicó el protocolo número 7 de "arranque en negro" (el nombre es descriptivo de la magnitud del evento) y se inició el procedimiento de recuperación del SADI (Sistema Argentino de Interconexión).

En el proceso de normalización se hacen arrancar en distintas regiones del país unidades generadoras y desde ellas se comienza a energizar la red paulatinamente.

La normalización del servicio ha tenido demoras en algunas provincias en función de la entrada en servicio de algunas centrales térmicas. De las tres centrales nucleares, Atucha II está en servicio, y las otras dos (Atucha I y Embalse) van a ingresar en las próximas 48 horas.

Antecedentes

Accidentes de estos se dan muy de vez en cuando en distintos países con distintas consecuencias. En los Estados Unidos, el último blackout (apagón general) que afectó a gran parte del país se dio en 2003. Estaba próximo el atentado de las Torres Gemelas y hubo fuertes especulaciones de que se trataba de un nuevo atentado, pero la investigación técnica lo terminó desechando. Hubo sí una falla en el sistema.

Es posible que entre nosotros también prevalezca la conclusión de que algo falló en el automatismo de reacción frente al incidente, con el consiguiente efecto dominó que hizo colapsar el sistema.

El incidente se produjo en la hora y el día oportunos. La mayor parte de los argentinos dormíamos y el factor meteorológico invitaba a prolongar las horas de descanso ante la falta de suministro eléctrico. En las provincias donde hubo votación hubo retrasos para habilitar las mesas, pero los propios referentes políticos contribuyeron a mantener la calma y a evitar especulaciones con un problema que iba más allá de las jurisdicciones provinciales.

Habrá que esperar el informe sobre la causa del incidente, pero el diagnóstico de los especialistas es coincidente en darles mayores probabilidades a las razones técnicas. Un sabotaje, por las características del fenómeno y las circunstancias de día, hora y lugar, es menos probable.

Panorama favorable

El sistema eléctrico nacional ya no tiene déficit de generación y opera con reservas razonables aun en los días de mayor demanda. El sistema interconectado de extraalta tensión (las torres que cruzamos en las rutas) está mejor mallado y casi no deja regiones aisladas.

Puede haber problemas localizados en algunas derivaciones de transporte regional, como puede haber problemas de calidad del servicio eléctrico en algunas distribuidoras.

En la zona de Capital y Gran Buenos Aires (que representa el 40% de la demanda), la calidad del servicio eléctrico, medida en número de interrupciones por cliente y duración de esas interrupciones, ha mejorado en alrededor de un 20% respecto de 2015.

No hay razones estructurales para un corte generalizado del servicio eléctrico como el que hubo. Mientras se investigan las causas, la lección de vulnerabilidad que nos deja refuerza la prioridad de ocuparnos más en el mapa de riesgos que tiene el sistema.

El autor fue secretario de Energía