Un capricho a lo Guillermo Moreno posterga un paliativo oficial contra la inflación

Un capricho a lo Guillermo Moreno posterga un “paliativo oficial” para la inflación. Pese a que la idea del Gobierno era que estuviera disponible desde junio y más allá de la presión de la Secretaría de Comercio Interior, la canasta básica a precios accesibles aún no vio la luz del día. ¿Por qué? Debido a la resistencia que ofrecen algunas empresas a poner los precios en las etiquetas.

Varias firmas confirmaron que ese fue el principal inconveniente –un problema no menor para las compañías– que terminó postergando el acuerdo que impulsa Paula Español, y que su jefe, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, había prometido a comienzos de este mes. Este debía arrancar a regir desde junio y duraría hasta diciembre próximo, según Kulfas.

A esta situación se suma también el retraso en la confección de la canasta de insumos –acero, aluminio, cemento y plástico– que había comprometido el Ministerio de Desarrollo Productivo minutos antes de la salida del dato de inflación de marzo. Hasta el momento, el Gobierno sólo logró presentar un acuerdo con una empresa petroquímica: Petroquímica Río Tercero. Vale recordar que Español pidió también a las cementeras poner los precios en las bolsas.

La canasta de productos básicos a precios accesibles estaría presente en almacenes, supermercados chinos, y establecimientos de cercanía. Se trata de una modalidad diferente a la de Precios Cuidados, que se encuentra vigente fundamentalmente en los grandes supermercados minoristas y mayoristas, y que se mantendrá de esta manera. La nueva canasta tendrá 120 productos, entre los que se contarán alimentos, bebidas y productos de higiene personal.

La idea oficial era que esta nueva canasta permitiera la discontinuación del programa de Precios Máximos. Sin embargo, este fue prorrogado hasta el 8 de junio. En ese congelamiento de precios se mantuvieron productos de la canasta básica. Sin embargo, se “desenlistaron” varias categorías, como aceites, arroz (excepto el largo fino), harinas leudantes y premezclas, pastas frescas, tapas de empanadas y tartas, jugos, leche infantil, queso rallado y queso crema, manteca y margarina, yogur, postres y flanes, y preservativos y geles íntimos, entre otros.

“Algunas empresas se resisten por dificultades operativas y los costos extra que genera. Advirtieron que no era algo que pudieran hacer de un día para el otro”, dijeron en una firma alimentaria, que está negociando con Español sobre el pedido oficial de poner el precio en las etiquetas. “Hace 15 días que los productos y los precios deben ya estar cerrados. Esto extendió mucho las negociaciones”, agregó. La misma fuente afirmó que casi todas las empresas se resistieron al pedido oficial al comienzo, pero que, tras las charlas cara a cara, esas resistencias menguaron. El directivo cree que en los próximos días o semanas la canasta saldrá como quiere el Gobierno.

“Ese pedido del Gobierno frenó todo durante semanas”, dijo a este medio otro empresario que se sienta en esa mesa a negociar, y que también aseguró que el deseo oficial finalmente se cumplirá.

“Viene un poco demorado”, afirmó un tercer directivo. “No sé si es la única razón o todavía le falta algún producto o precio”, agregó. La fuente aclaró que no es “caprichosa” la resistencia de las empresas. El pedido oficial implica que las firmas manden a hacer laminados nuevos, diferencien entre productos que se consumen en el mercado interno y aquellos que se exportan, y trabajen los cambios con la cadena de valor. Todo, dicen, implica más tiempo y más plata.

En Comercio Interior dicen que se sigue trabajando y afirman que “se avanzó mucho” en todos los aspectos: composición de la canasta, selección de los productos, distribución y logística a los comercios de cercanía. También en el etiquetado, “que es una de las condiciones de esta canasta de productos; que el precio esté impreso en el paquete, así se evitan cambios y abusos”. Por último, prometieron que “pronto habrá novedades”.