Una receta para sobrevivir a la crisis global
Para un grupo de líderes corporativos, las prioridades del próximo presidente de EE.UU., Barack Obama, deberían incluir el libre comercio, una reducción de impuestos a empresas y un plan de estímulo internacional
El próximo gobierno del presidente electo Barack Obama no sólo enfrenta un terremoto en la economía doméstica, sino agitación en el ámbito global. Las economías del mundo están tan entrelazadas, que los problemas en Estados Unidos han arrastrado a otros países y es poco probable que un nuevo presidente vea una recuperación en EE.UU. sin una recuperación paralela en el resto del mundo.
Esa fue la conclusión principal de un grupo de líderes corporativos que participaron en una conferencia organizada por The Wall Street Journal, en Washington. Al encuentro asistieron 100 presidentes ejecutivos, quienes se dividieron en grupos y debatieron varios temas que, en su opinión, deberían ser la prioridad para el nuevo gobierno de EE.UU.
Para hablar de la economía global, se juntaron Stephanie Burns, presidenta de la compañía de químicos Dow Corning Corp.; Antonio Pérez, presidente de la empresa de fotografía Eastman Kodak Co.; Frederick Smith, presidente de la compañía de envíos y carga FedEx Corp., y Yang Yuanqing, presidente de la junta directiva del fabricante chino de computadoras Lenovo.
El grupo ve en el frente de la economía global algunas necesidades inmediatas. Gerald Seib, editor de The Wall Street Journal en Washington, moderó el panel. Estos son algunos apartes editados de dicha conversación.
GERALD SEIB: Empecemos con el tema en el primer lugar de nuestra agenda, el libre comercio.
YANG YUANQING: Creo que la mayoría de nosotros somos partidarios del libre comercio y la globalización. De hecho, el libre comercio sigue siendo uno de los pilares de la economía global. Lenovo y muy pocas compañías chinas están en el mercado estadounidense, pero usted ve marcas de EE.UU. por todo China: IBM, Intel, Google, Starbucks y McDonald’s.
Para estas empresas globales es muy difícil crecer en EE.UU., pero aún pueden crecer en otros mercados, especialmente en los emergentes. El libre comercio está ayudando a aliviar el dolor de la crisis.
A pesar de que enfrentamos esta severa crisis económica, no podemos detener la tendencia del libre comercio. Así que nuestro grupo sugirió que el gobierno de Obama trate de cerrar las negociaciones de Doha lo antes posible.
También tratamos la competitividad. Hay que decidir qué habilidad es necesario desarrollar y luego establecer los mejores sistemas de capacitación para asegurar una competitividad a largo plazo.
SEIB: Así que el comercio fue uno de los primeros puntos. Antonio va a hablar sobre una discusión que tuvimos sobre impuestos, que tienen efectos tanto en el corto como en el largo plazo.
ANTONIO PÉREZ: En lo referente a impuestos, hablamos de los tributos corporativos y los miramos de dos formas: a corto y largo plazo
A corto plazo, buscamos algo que creara un estímulo inmediato para la economía. En nuestra opinión, debería ser algo que sea fácil de implementar y que haga a la mayoría de las empresas estadounidenses más competitivas.
Lo primero que debería hacer el gobierno del presidente Obama es no extender el impuesto a las ganancias de las empresas estadounidenses offshore. Segundo, debería imponer una reducción temporal de los impuestos a la repatriación de utilidades. Esto es muy similar a lo que se hizo en 2004, lo cual atrajo más de US$ 300.000 millones al país. Obviamente un monto de dinero semejante crearía, en nuestra opinión, un estímulo muy saludable para la economía.
Y tercero, debería ejecutar el presupuesto de gasto inmediatamente. Creemos que la combinación de esos tres factores hará a las empresas estadounidenses más competitivas. Y esas medidas deberían ser fáciles de implementar.
Luego avanzamos a largo plazo. ¿Cuál debería ser la tasa tributaria para las empresas estadounidenses? La meta es competir al mismo nivel que otros rivales. Obviamente, siempre aparece la idea de bajar los impuestos corporativos, pero la idea es que no queremos estar en desventaja en ningún lugar donde compitamos.
FREDERICK SMITH: El grupo concluyó que EE.UU. no podría recuperarse a menos que se produzca un repunte global. El presidente Obama debería promover en la cumbre del G-20 en abril un estímulo global en los países ricos con el fin de apuntalar la demanda doméstica.
Ahora, muchas medidas en ese sentido ya han sido adoptadas. China y Rusia han anunciado paquetes de estímulo.
Al mismo tiempo, se habló mucho de la idea de que EE.UU. debería considerar eliminaciones unilaterales de aranceles sobre productos provenientes de países en desarrollo. De los cerca de US$ 26.000 millones que EE.UU. recauda en aranceles, cerca de la mitad corresponde al 5% de las importaciones. Ese 5% viene de los países más pobres del mundo, incluyendo aquellos donde hay preocupaciones de seguridad nacional, como Pakistán.
SEIB: Y finalmente, hubo mucha preocupación sobre una fuerza de trabajo educada.
STEPHANIE BURNS: Esta fue una prioridad para nuestro grupo y creo que una fuerza laboral educada es crucial para la innovación, el crecimiento económico y finalmente para competir sobre una base global.
Una prioridad es la educación en matemáticas y ciencias. Estoy al frente de una empresa de químicos. Nuestro sector emplea a 80.000 químicos e ingenieros en EE.UU. y tenemos problemas para conseguir talento.
Muchos de los estudiantes de doctorado en las universidades estadounidenses son extranjeros, los cuales tienen problemas para conseguir residencia permanente y terminan regresando a sus países. Tenemos problemas para captar y retener a este tipo de talento.
Creemos que una alianza con el sector privado para responder a esta prioridad vale la pena.
Debatimos bastante las políticas de inmigración y la necesidad de abrir esas políticas para que extranjeros ingresen al sistema educativo estadounidense. También pensamos que las empresas deberían tener la flexibilidad de trasladar empleados alrededor del mundo, así sea para que desempeñen trabajos a largo o corto plazo.
Estamos atrapados en la burocracia y la incapacidad de llevar a nuestros empleados a los países donde necesitamos que trabajen sobre una base muy flexible.
The Wall Street Journal