Serio pero no solemne. Una reflexión corta, poca antes del Día del Trabajo
En el cambio de las condiciones laboralesla alternativa no es sindicatos o mercado, sino sindicatos o legisladores
En casi todos los países del mundo cada 1º de mayo se conmemora el Día del Trabajador; en Estados Unidos, cada primer lunes de septiembre. Esto es así porque en Estados Unidos, el 1° de mayo de 1886, hubo una huelga para que se cumpliera la legislación que reducía a 8 horas diarias el máximo de la jornada laboral; como consecuencia de los disturbios que se produjeron, cinco anarcosindicalistas murieron ahorcados por las autoridades (cuatro alemanes, un norteamericano; cuatro periodistas y un carpintero).
Por lo cual me pareció oportuno conversar con los ingleses Beatrice y Sidney Webb (ella vivió entre 1858 y 1943; él, entre 1859 y 1947), socialistas fabianos que –junto con George Bernard Shaw y Graham Wallas– en 1895 crearon la Escuela de Economía de Londres (tan seguros estaban del triunfo final del socialismo que diseñaron una escuela pluralista). Friedrich von Hayek y Lionel Robbins enseñaron en la "socialista" LSE e historiaron el desenvolvimiento del sindicalismo inglés (como el polaco Selig Perlman hizo con el de Estados Unidos); y con Harold Gregg Lewis (1914-1992), "padre" de la moderna economía laboral.
-¿Por qué a comienzos del siglo XIX Inglaterra combatió tanto la actividad sindical?
B. Webb: -Porque la Revolución Francesa aterrorizó a los británicos, quienes temían que a través de las organizaciones sindicales podrían "colarse" en las islas ideas y acciones destinadas a cambiar el sistema económico. Una cosa es unirse para pelear modificaciones de salarios o condiciones laborales; otra para llevar adelante "la lucha de clases".
-¿Podría "el mercado" haber logrado una reducción de la jornada laboral, sin la acción sindical?
S. Webb: -Históricamente, la cuestión no se planteó entre las negociaciones individuales versus las sindicales, cuanto entre los sindicatos versus los legisladores que militaban en los partidos socialistas.
Juan Carlos Torre y Eduardo Zimmermann analizaron este conflicto en la Argentina, antes de que Juan Domingo Perón apareciese en escena (la pulseada continuó durante el peronismo y todavía sigue vigente hoy).
-A comienzos del siglo XIX Nassau William Senior se pronunció en contra de la reducción de la jornada laboral, de 11 a 10 horas.
B. Webb: –Le preocupaba la competencia que plantearían los productos fabricados en otros países, donde esa limitación no existía. Note la actualidad del argumento, a la luz del desafío planteado por China. Por algo Karl Marx, para que perdieran sus cadenas, a los trabajadores de todo el mundo les recomendó que se unieran.
-¿Por qué los salarios son mayores en Estados Unidos que en Sri Lanka?
Lewis: –La remuneración por los servicios laborales depende de dos variables: la productividad física del trabajo y el precio al cual se vende el bien al que se incorporan esos servicios. Nadie va a pagarle un salario a un inútil, nadie va a pagar un salario a quien ayuda a fabricar un producto que no se demanda (el más hábil picador de hielo se muere de hambre… en la Antártida).
-Usted razona como si el salario fuera "una mercancía".
Lewis: -Los radiólogos utilizan un mismo aparato para saber si un ser humano o un perro tienen algún hueso roto, y nadie los acusa de inhumanos por esto.
Que usemos el mismo herramental para analizar la oferta y la demanda de servicios laborales y de pescado no quiere decir que ignoramos a los seres humanos involucrados (hay diferencias entre los mercados de trabajo y de pescado, pero no por razones de "humanidad").
-Pero ¿qué ocurre cuando a algún ser humano, con el salario determinado según su fórmula, no le alcanza para mantenerse dignamente él y su familia?
Lewis: -Para eso existen mecanismos como planes sociales, asignaciones familiares, etcétera. Pero fuera de la relación laboral.
Cuando se quiere forzar la redistribución del ingreso a través del mercado laboral, lo que se genera es desocupación abierta o informalidad (en la Argentina, 40% de la fuerza laboral opera en el segmento informal de la economía).
-Dama y caballeros, muchas gracias.
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