Entrevista / Martin Redrado, ex presidente del BCRA. "Usarán al Central para financiar el gasto hasta el fin del mandato"
Alertó sobre el peligro de un desborde monetario en un contexto de alta inflación
En lo que parece ser parte de su proceso de duelo por no haber podido cumplir con su período completo al frente del Banco Central (un objetivo personal que, además, siempre juzgó saludable para la República), Martín Redrado le recomendó ayer a su sucesora en el cargo, Mercedes Marcó del Pont, que fuera "muy cuidadosa" con la expansión monetaria que genera la decisión del Gobierno de haber transformado esa entidad en un "apéndice del Tesoro".
"El 14 de diciembre decidieron que usarán al Central para financiar el gasto público hasta el fin del mandato [de Cristina Kirchner]. Fue lo que generó el conflicto", indicó ayer a La Nacion en una entrevista concedida para promocionar el libro Sin reservas (que presentará el sábado en la Feria del Libro), en el que hace un balance de su gestión al frente de la entidad.
-¿La gente pregunta a menudo por qué sólo cuando dejan el cargo algunos funcionarios descubren que todo está mal?
-No es mi caso. Siempre tuve algunas disidencias, pero en el marco de una relación de respeto profesional que se rompió por la inflexibilidad con que se plantearon los decretos sobre el uso de las reservas. Aquí el que cambió no fui yo, fue el Gobierno.
-¿Y hasta entonces?
-Nunca, ni Néstor ni Cristina Kirchner habían interferido hasta allí en lo que yo consideraba mi «metro cuadrado»: el manejo de las reservas, del tipo de cambio y del nivel de las tasas de interés. Hubo discusiones muchas veces, pero siempre, en definitiva, habían respetado los criterios profesionales del BCRA.
-Pero en el libro hace una autocrítica por haberse intentado escudar en el profesionalismo.
-Es cierto, creí que para este momento histórico de la Argentina necesitábamos y se iba a valorar el perfil profesional y autónomo del BCRA como un seguro para evitar nuevos quiebres monetarios. Pero está a la vista que fue un error...
-¿No es una mirada ingenua?
-¿Por qué?
-Desde 2007 en adelante, de alguna manera, el BCRA convalidó el proceso de deterioro en las cuentas públicas financiando cada vez más al Tesoro.
-¡Pero fue parte de una política anticíclica! Precisamente, para eso habíamos acumulado en la fase de fuerte expansión de la economía: para usar en circunstancias como las que se dieron en los años 2008 o 2009, cuando la incertidumbre era general y el mundo parecía que se hundía. Pero seguir recurriendo a estas herramientas cuando el ciclo cambió es claramente un error.
-¿No pensó que podían tomarlo como un recurso ordinario?
-No lo preveía. Siempre creí y bregué para una normalización de las variables monetarias y económicas. Por eso apoyé el concepto de, en este contexto, hacer las cosas para volver a los mercados voluntarios de crédito.
-¿Qué es lo que más le inquieta de la situación económica actual?
-La posibilidad de un desborde monetario. Lo expliqué días atrás ante los senadores. Si se suma el impacto de los decretos para pagar deuda, las utilidades que el Central le va a girar al Tesoro y los adelantos transitorios, estamos hablando de una inyección de $ 60.000 millones.
Por intervención cambiaria entrarían otros 36.000 millones, pero estimo que serán absorbidos por una demanda genuina de dinero como resultado del crecimiento de la economía y el proceso de monetización que supone. Pero el resto tendrá que esterilizarse porque, si no, generará presión inflacionaria en un contexto ya complicado.
-En este contexto ¿qué le recomienda a su sucesora?
-Que sea muy cuidadosa, porque no es lo mismo generar expansión monetaria por la compra de dólares que haciéndolo mediante transferencias a Hacienda: en el segundo caso, son billetes que hay forma de evitar que vayan inmediatamente a la calle.
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