Wall Street teme la fuga de capitales de la Argentina
NUEVA YORK.- La baja de encajes anunciada por el Gobierno no recibió muchos aplausos en Wall Street, donde algunos analistas creen que la medida puede promover una fuga de capitales de la Argentina.
En diálogo con La Nación , Fernando Losada, de ING Barings; Joaquín Cottani, de Lehman Brothers, y Alberto Ades, de Goldman Sachs, afirmaron que la medida no acelerará la reactivación, aunque aclararon que tampoco creará "riesgos sistémicos" en el sistema financiero, por el préstamo contingente de 5000 millones que llegará a cambio.
Con un aire pesimista sobre la situación económica argentina, Cottani dijo que "hay un grave riesgo de financiar la fuga de capitales con la reducción de encajes porque la confianza es baja". Aunque con un poco más de cautela, Fernando Losada expresó la misma idea desde su oficina de la calle 52, en el medio de Manhattan. "Es un poco riesgoso, porque si el mercado no se mueve es por un problema de demanda, así que puede promover una pérdida de reservas, ya que la gente podría preferir usar esa oferta excedente para invertir afuera del país", apuntó.
Para Cottani, el Gobierno debería esperar a que la demanda aumente y "en ese caso sería preferible que coloque bonos del Tesoro por unos 4000 millones de dólares a cambio de la baja de encajes, para demostrar que tiene prefinanciamiento por varios meses, lo cual bajaría más la tasa de riesgo país".
Ades dijo que la medida tendrá un efecto "neutro" desde el punto de vista de la reactivación del mercado de crédito, algo que en el Banco Central también dicen en voz baja para no romper el matrimonio de compromiso con el Ministerio de Economía.
Y si bien desde Economía aseguran que la idea surgió del titular del BCRA, Pedro Pou, en Wall Street creen que fue al revés. "A Pou nunca se le ocurriría algo así. Lo aceptó porque se logró acordar la línea contingente", aclaró uno de los analistas consultados. En cambio, ninguno de los tres suscribió los temores que abundan entre otros economistas argentinos, por una eventual caída en la solidez del sistema financiero.
"Los bancos no son los mismos que los de 1994 o 1995, son más sólidos. Y el sistema en su conjunto tiene un respaldo mucho más importante", opinó Losada.
Matices por la recuperación
Las opiniones de los analistas fueron bastante diferentes cuando se los consultó por la llegada de la reactivación y el cumplimiento de las metas.
Una vez más, Cottani fue el más pesimista al manifestar sus dudas sobre el cumplimiento de las pautas anuales acordadas con el FMI. "Si las metas de recaudación no se cumplen en el segundo trimestre, es casi seguro que tampoco se cumplirán las metas anuales de recaudación, déficit y crecimiento. En ese caso, habrá que pedir un waiver y las tasas de riesgo volverán a subir bastante", sentenció.
En el otro extremo, Ades exhibió un panorama optimista. Con las cifras en la computadora de su escritorio, el analista en jefe de Goldman Sachs dijo que el Gobierno mantiene políticas adecuadas, que garantizarán que el déficit tenga el tope esperado, de 4500 millones de dólares en todo el 2000.
La suba del precio de las commodities, el crecimiento de la economía global y el repunte industrial local son, para Ades, signos de un cambio que permite sostener la sustancial mejora de humor que hay entre los inversores externos con relación a la Argentina.
En el medio del ring, Losada destacó que sus clientes en Wall Street miran con mejores ojos al país sudamericano "porque a principios de año pocos creían que la Argentina pudiera conseguir fondos", una duda que ahora desapareció.
Sin embargo, aclaró que "el crecimiento de este año será mediocre, cercano al 3 por ciento" y opinó que la Argentina debería estar un poco más preocupada de lo que aparenta por la debilidad del euro, ya que el 20 por ciento de las exportaciones argentinas va a ese mercado.