Yves Saint Laurent se va después de 32 años y llega Cerruti 1881

La marca de ropa italiana Cerruti 1881 llega a la Argentina de la mano de Ditale SA, sociedad que forma parte del mismo grupo textil que tiene la licencia de Christian Lacroix (CL) y que fue responsable de traer en 1979 la marca Yves Saint Laurent (YSL), que dejará de operar en el país a fin de año debido a una decisión estratégica de su grupo controlante europeo de eliminar las licencias a nivel mundial.

Con una inversión de US$ 350.000, Cerruti comenzará con un local propio de 160 metros cuadrados en el Recoleta Mall, el shopping que abrirá sus puertas esta semana. "Empezamos con un local propio en el Recoleta, con ropa para hombre y mujer, pero después la idea es abrir en cadena, en otros shoppings, y vía franquicias en el interior del país", explicó Mario Siganevich, director de Ditale SA y, junto con José Pinto, dueño de la licencia Cerruti para la Argentina y Uruguay. "Algo similar a lo que ya hicimos en su momento con Lacroix y con Yves Saint Laurent", dice. El grupo argentino tiene hoy 18 locales propios de CL y una franquicia (que también estrena en el Recoleta Mall), y suma una facturación anual de 80 millones.

En línea con la realidad local, Siganevich anticipa que prácticamente el 90% de las prendas que se vendan bajo la marca Cerruti se confeccionarán en la Argentina, aunque el 80% de las telas serán importadas.

"Con Lacroix hace 10 años que estamos en la Argentina, y estamos trabajando bien; tenemos una historia de importación", dice Siganevich, en referencia a las trabas que por estos días impone el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, a todos los productos importados. "Este es «el» tema hoy [por los controles], pero nosotros estamos trabajando a full y no hemos tenido grandes inconvenientes. Al ser productos de lujo, el hincapié que se hace en los controles es menor", agrega.

Si bien Siganevich admite que los precios de la indumentaria en la Argentina han subido mucho, al ritmo de la inflación de costos y mano de obra, dice que todavía son inferiores a los que estas marcas extranjeras pueden tener en Europa. Y aunque se muestra preocupado por la crisis internacional, la mayor depreciación del real -porque muchos turistas que consumen en el país vienen de Brasil- y la apreciación de las materias primas, asegura que la apuesta de Cerruti es de largo aliento.

"No empezamos esto pensando en 2012", sentencia Siganevich. "De hecho, lanzamos Lacroix en 2001, el peor momento de la Argentina, y aquí estamos", ilustró. En el país, Ditale SA comercializará tanto la línea Cerruti 1881, más elegante y de sastrería, como la más deportiva, 18C81. El del Recoleta Mall será el primer local propio que la firma italiana (que en realidad, desde comienzos de año es propiedad de un grupo chino en el nivel mundial, Trinity Limited) tendrá en América latina.

Menos licencias

Entretanto, a fin de diciembre se irá la marca YSL, que desde hace más de 30 años está en el país. "Es una decisión estratégica de la casa matriz, que hace un tiempo que dijo que no quiere más licencias", explicó Siganevich. "Muchas marcas internacionales empezaron con esa política. En su lugar, ofrecen un sistema de representación, pero que a nosotros no nos interesa, porque es sólo comprar y distribuir, y no contempla la posibilidad de fabricar localmente ni de adaptar los productos."

Lacroix es la excepción, ya que hoy más que nunca basa su facturación en un modelo internacional de licencias. Es por ello que Siganevich anticipó que, en el corto plazo, tienen previsto ampliar su licencia local con una línea de lencería y corsetería y de Lacroix para niños.

350.000

Dólares

Es el monto que invirtió el grupo en un primer local de 160m2, mercadería y pauta publicitaria.

$ 3,6
Millones

Es lo que, estiman, facturará Cerruti el primer año; hoy registra $ 80 millones con YSL y Christian Lacroix.