Buscamos familia
Difundir los pedidos públicos que invitan a adoptar es otra valiosa forma de alentar la vinculación de niños con potenciales familias por fuera de las inscriptas en los registros oficiales de la Dirección Nacional de Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (Dnrua). Actualmente, hay 234 convocatorias en todo el país que arrancan con “Buscamos familia”.
Muchas veces las expectativas de los adoptantes del registro, unos 2500, pueden no coincidir con las realidades de los niños. La edad de estos suele ser uno de los mayores obstáculos. La mayoría, un 87%, prefiere niños de hasta 3 años, el 65% de hasta 5 años y solo el 2% acepta adoptar mayores de 12 años. La mayoría de esos chicos están en edad escolar. Aquellos que aceptan adoptar niños con enfermedades alcanzan un 82,9% y solo un 17,1% acepta niños con discapacidades. Solo 42 personas aceptan adoptar un mayor de 12 años, y solo 3 uno de 14 años.
Mientras numerosos niños permanecen en los institutos más allá de los plazos que marca la ley, esperando tener una familia, el Estado debería ofrecer programas de ayuda para las familias que acepten adoptar niños mayores, por lo menos en materia educativa y sanitaria, así como para aquellas que incorporen a grupos de hermanos.
El tema de los plazos no se reduce solo a la muy larga y penosa espera en institutos. También aplica a las demoras en los juicios de adopción, de por sí extensos. Las largas estadías en hogares de acogida, donde prima el calor familiar, generan vínculos que, al cortarse, implican un nuevo y duro desgarro para el niño cuando esos hogares no pueden adoptarlos.
La convocatoria abierta, dirigida no solo a la comunidad de origen de los niños, sino a todo el país, es un paso importante que merece todo el apoyo. Debería ser instituido como un mecanismo regular y no de última instancia. El hecho de que los destinatarios no estén inscriptos en el registro no debería eximirlos de la evaluación por parte de los organismos o, en su caso, la autoridad judicial.
Resultan muy importantes las convocatorias públicas, en particular aquellas dispuestas por el Poder Judicial cuya difusión en los medios logran muy buenos resultados en casos de niños con discapacidades.
Todo lo que como sociedad hagamos por dotar a un niño de un hogar será siempre bienvenido.