Cambiar la pisada
Diario El País/Uruguay
Miércoles, 07 Diciembre 2022 04:00
MONTEVIDEO.- En las últimas semanas, el Frente Amplio, con mezquindad y desprecio institucional, ha logrado pararse en el centro del ring, para utilizar la metáfora empleada hace poco por el expresidente Julio Sanguinetti.
Con recursos arteros, por cierto, mintiendo descaradamente sobre algunos temas, como hicieron en la campaña electoral pasada y en la más reciente sobre la ley de urgencia, y aprovechando torpezas de la Coalición Republicana, el Frente Amplio ha pasado a la ofensiva de manera frontal. Es evidente que el episodio central ha sido el llamado “caso Astesiano” que poco a poco parece diluirse en el pretendido escándalo mediático armado por medios al servicio del Frente Amplio, incluyendo el canal de la Intendencia de Montevideo, así como directores de noticieros que destilan su veneno y resentimiento desde cuentas truchas, como es fácil de verificar. A esta altura, parece claro que Astesiano era un charlatán que decía tener acceso a información que no tenía, que intentaba vender lo que no poseía y que haber dado por bueno sus famosos chats, filtrados con ritmo fílmico por el Frente Amplio y sus amigos, cada vez suena más a un delirio. Es que intentando pasar en limpio el caso lo que encontramos es una asociación para delinquir que venía actuando desde el gobierno anterior en el tema de los pasaportes. Todo lo demás es humo.
La verdadera grieta que existe hoy en este país es entre los que tienen la camiseta uruguaya puesta y los que solo quieren volver al poder para medrar con el Estado.
Incluso el pretendido caso de espionaje contra los senadores Bergara y Carrera viene quedando claro que es totalmente ridículo. Diga lo que digan los chats, todo parece indicar que nunca accedió a ninguna información y que simplemente, como en otros casos, vendía lo que no tenía. Recuérdese la acusación de que coordinó una reunión con autoridades de Emiratos Árabes que se demostró fehacientemente que era mentira. Un medio frentista que viene haciendo una intensa campaña desestabilizadora le dedicó un titular mentiroso y grotesco por el que nunca pidió disculpas, y así sigue y sigue la campaña orquestada por una oposición desquiciada.
Es tiempo de cambiar la pisada. Es muy claro que existe una estrategia coordinada, basada en la mentira y la falta de preocupación por las instituciones que debe combatirse sin más demora. Las fuerzas democráticas del país, los medios independientes y la ciudadanía en general deben reaccionar frente al intento de desestabilizar del Frente Amplio y la caterva de aliados sociales y mediáticos que los secundan.
La Coalición Republicana, por su parte, debe dejar de bailar al ritmo que le marca la oposición. Debe salir a mostrar los múltiples logros del gobierno, a mostrar la duplicidad de los dirigentes frentistas. El Uruguay se debate entre una Coalición Republicana que defiende la república, la democracia, el Estado de Derecho y la libertad de todas las personas y una oposición que no mide consecuencias para el país a la hora de golpear al gobierno.