Descanso en el camino
Hoy publicamos una noticia que le alegrará la vida a Nicolás Maduro y a toda su camarilla civil y militar que disfruta del poder sin presentarle cuentas a nadie: El Nacional, ese valiente diario fundado por Miguel Otero Silva el 3 de agosto de 1943, ese periódico que siempre ha sido un luchador incansable por los derechos civiles, que durante 75 años no ha hecho otra cosa que decir la verdad y defender a esa democracia a la que tanto le debemos los venezolanos, ese vocero crítico que convirtió en un vicio ciudadano el simple y hermoso gesto de acudir a los quioscos a comprar y leer todos los días el único medio impreso capaz de publicar verdades ciertas, tanto en dictadura como en democracia, pues ese diario dejará de imprimirse en papel a partir de mañana.
¿Ganan los enemigos de la libertad de expresión? No, nada de eso. El Nacional impreso se toma un descanso que no será prolongado ni definitivo porque sigue vigente en nuestros corazones la tarea indeclinable de luchar por la libertad, la democracia, la decencia del voto, los presos políticos, los torturados y los exiliados, los sectores populares que sufren hambre y miseria, y por la clase media que no se rinde aun en las peores circunstancias.