El gobierno Picapiedra
“Estamos corriendo detrás de la liebre y no la agarramos nunca”. (Del dueño de Fate, Javier Madanes Quintanilla.)
Hay una mala noticia y una buena: la mala es que siguen sin aparecer las figuritas del Mundial. La buena es que hay pocos neumáticos para recorrer los barrios buscándolas y, de paso, nos evitamos las caras de rottweiler de los kiosqueros que no tienen qué vender.
Pasó lo mismo con la escasez de Rivotril. Como también faltaban blísteres, no había dónde meter las pastillitas. Dos problemas menos.
Hay que ver el lado bueno de la mishiadura. Por ejemplo, lo que nos ahorramos postergando la visita al dentista porque no tiene insumos. Es más divertido ver a Carlitos III pifiarla con la corona que tener que pagarle una al odontólogo.
Basta de quejas por la queja misma. Porque tenemos escasez –al menos “tenemos” escasez– de autopartes, no podemos seguir pensando en negativo. Desde marzo hasta hoy también hubo problemas con la importación de tripas para chorizos y salchichas, y nadie murió de inanición por carencia de embutidos. ¿O alguno salió a la calle desnudo por inexistencia de materiales para indumentaria y falta de capelladas de zapatos? A revolver el placard que es gratis y, de paso, reciclamos y ayudamos con donaciones a la veintena de personas que semanalmente nos tocan el timbre porque el país crece tanto –como dice Alberto– que nadie quiere repetir un modelito del año pasado.
Por problemas de precios y logística aumentaron muchísimo los valores del kilo de kiwi y de la palta y, por cuestiones estacionales, el tomate y el zapallito cuestan lo mismo que una gema de Swarovski. Eso se arregla fácil. Se cambia el menú por algo más barato o se espera que el vecino se vaya a dormir para treparse al árbol de paltas que tiene en el jardín y salimos a venderlas. Es la reconversión que el país necesita.
No podemos seguir reclamando porque faltan teléfonos celulares de marcas que solo consiguen algunos estudiantes que toman colegios, tinta para la impresora, grifería, sanitarios, pisos, papel higiénico, mamaderas…
“Estamos corriendo detrás de la liebre y no la agarramos nunca”, dijo el dueño de Fate, Javier Madanes Quintanilla. Obvio, si el auto no tiene neumáticos, difícil empardar al bicho subidos al troncomóvil de los Picapiedras.
Deberíamos estar agradecidos de que, como pocas veces antes, sean funcionarios del Gobierno los que dan el ejemplo de austeridad y adaptación. Kicillof armó un acto en La Plata para celebrar anticipadamente “el triunfo de Lula” en las elecciones de hoy en Brasil. Muy linda la puesta en escena: Lula era una gigantografía de cartón.