El oscurantismo K
El ministro Boudou y otros representantes del kirchnerismo han propuesto un insólito recorte en planes de estudios universitarios
Algunas propuestas de funcionarios del gobierno nacional que ocupan importantes candidaturas a cargos electivos sorprenden poderosamente y nos retrotraen a viejas épocas que muchos creíamos superadas.
Concretamente, nos llevan a los lejanos tiempos en que los alumnos y docentes de la escuela primaria se hallaban obligados a trabajar con libros que exaltaban las figuras de Juan Domingo Perón y Eva Duarte, o a las épocas dictatoriales en las que determinados libros y autores estaban lisa y llanamente prohibidos en los distintos niveles educativos.
Aunque parezca increíble, la llamada batalla cultural que promueven sectores del kirchnerismo y el culto a la personalidad de su líder nos están trayendo casi en forma continua renovados ejemplos de una lamentable tendencia, asociada con el autoritarismo y con la utopía de generar un mensaje único.
Días atrás, nada menos que el ministro de Economía y candidato a vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, se pronunció en favor de modificar los planes de estudio en las facultades nacionales de Ciencias Económicas. Por cierto, nadie puede oponerse a que esos planes se actualicen permanentemente. Sólo que Boudou consideró que había que cambiarlos por considerar que los actuales "son parte de una dominación neoliberal", dirigidos a que "el pueblo no piense y compre lo que diga el Fondo Monetario Internacional".
Boudou olvida que realizó su formación económica fundamentalmente en el CEMA, donde no cabe duda de que tuvo la oportunidad de estudiar un amplio arco de pensadores económicos. Si no lo hubiera hecho no tendría ahora siquiera la posibilidad de advertir la aparente superioridad de sus más recientes efusiones ideológicas sobre los clásicos o los liberales.
El viceministro de Economía y candidato a diputado nacional, Roberto Feletti, amplió ese diagnóstico, al señalar que "así como este gobierno rompió la masa mediática, también debemos romper la masa académica", al justificar la necesidad de "una urgente reformulación" de los planes de estudio de las carreras de Ciencias Económicas.
Por si esto fuera poco, en agrupaciones estudiantiles ligadas al kirchnerismo se ha dejado trascender el deseo de que el estudio de las teorías clásicas se limite a Karl Marx y a John Keynes. Se dejaría así de lado a los exponentes de las corrientes liberales, como Ludwig von Mieses, Friedrich von Hayek o Milton Friedman. Del mismo modo, han propuesto incorporar a los programas de estudios el denominado "modelo de acumulación con inclusión social", adoptado por el kirchnerismo.
Excluir a pensadores clásicos reconocidos mundialmente por motivaciones ideológicas constituye un inexplicable resabio autoritario en pleno siglo XXI, propio de prácticas fascistas, además de un factor que sólo generará una pauperización intelectual.
Considerar que los planes de estudio pueden constituir en la actualidad "instrumentos de dominación del neoliberalismo" en un contexto mundial en el que, más allá del siempre latente debate entre ortodoxos y heterodoxos, nadie puede considerar que existe una única salida frente a una crisis global, resulta una verdadera falacia. También implica un menosprecio a los numerosos docentes de las casas de altos estudios en economía que, más allá de sus convicciones ideológicas, bregan día tras día por fomentar el espíritu crítico impartiendo conocimientos en un marco de pluralismo y de interdependencia social.
Si la idea es convertir a las universidades argentinas en agentes propagandísticos, ocultando aquellas obras bibliográficas que vayan en sentido contrario al deseado por una fracción política, sólo pueden esperarnos tiempos de oscurantismo y proyectos hegemónicos.