Festivos acordes para Juventus Lyrica
Desde los albores de esta nación, los habitantes de Buenos Aires trabajaron para dotar de brillo cultural a la vieja capital del virreynato. Ya en aquellos inicios, se destacaron los esfuerzos por promover modestos conjuntos musicales, así como la preocupación por contar con estructura edilicia a tales fines. En septiembre de 1825, se presenta por primera vez El Barbero de Sevilla, de Rossini, en el llamado Teatro Argentino. Las crónicas de la época reconocieron el prolijo trabajo realizado y recogieron un entusiasta apoyo hacia aquel espectáculo lírico. Dos años después, Don Giovanni, de Mozart, volvió a suscitar el favor del público.
Con el tiempo, la ciudad vería nacer espacios que se volverían históricos y legendarios, como el Teatro Colón, el Cervantes, el Avenida o el Ópera, entre otros, que albergaron expresiones del género lirico ante las demandas de un público cada vez más exigente.
En estos días, la Legislatura porteña reconoció la trayectoria y la labor de una loable institución que lleva montadas casi cien obras líricas, 39 de ellas bajo la dirección de Ana D’Anna, una argentina ilustre, de impecable formación en distintas ramas de las artes, vastamente premiada nacional e internacionalmente. Es ella quien hace ya 24 años ejerce la dirección artística de la reconocida Juventus Lyrica como alma mater y férrea custodia de un legado que asumió sin claudicaciones, con voluntad de superar cualquier dificultad.
Esta asociación sin fines de lucro ha promovido el desarrollo de nóveles artistas y ha trabajado para sumar más adeptos al género, estimulando espacios para disfrutar, estudiar y conocer la ópera. Cursos y seminarios, clases de música y canto en manos de calificados maestros, convergen en la prodigalidad con que se fueron formando artistas.
En la última década se trabajó también intensamente para formar y acercar a públicos jóvenes, incluso infantiles, a la ópera como parte de un patrimonio cultural que sintetiza bellamente la historia de Occidente. Adaptaciones y traducciones, con una impronta lúdica, se complementan con trabajo posterior en las aulas para alcanzar excelentes resultados.
Los premios llegaron tanto para D’Anna como para la institución, desde distintos ámbitos: la Unesco la reconoció como miembro honoraria del Consejo Argentino de Música, recibió el Premio ACE, así como los tradicionales Konex, distinciones que honraron su capacidad de trabajo y su honestidad intelectual en una Argentina siempre compleja para este tipo de propuestas culturales.
Por mucho tiempo, la legión de adherentes pudo ser testigo de este milagro musical en el Teatro Avenida. Fue ese el virtuoso espacio en el que, en exclusividad, los fieles seguidores compartieron función tras función. Calidad, respeto y seriedad en cada puesta, fue un lema sostenido a rajatabla para cumplir con el sueño fundacional.
En una ceremonia postergada por la pandemia, el reconocimiento porteño tuvo lugar en el Salón San Martin del Palacio Legislativo, con la presencia de personalidades de la cultura, con voces destacadas de la escena local y la música de grandes óperas que cerraron los actos protocolares como no podía ser de otra forma. María Jaunarena, directora ejecutiva de la institución, agradeció emocionada. Juventus Lyrica promete continuar desplegando esfuerzos; confiamos que su mística siga generando los valiosos apoyos que necesita para el deleite de las nuevas generaciones.