La caída de la imagen del presidente de Chile
A tan solo un mes y medio de iniciado su mandato, el presidente de Chile, Gabriel Boric, ha conseguido el peor desempeño de un mandatario chileno tras su arribo al poder, alcanzando una desaprobación histórica. Según la encuesta Plaza Pública, de la firma Cadem, el flamante jefe del Estado tiene un respaldo de solo el 36% de la población, mientras que su desaprobación llega al 53%. Según la encuestadora, los bastiones de Boric siguen siendo las mujeres, los jóvenes de entre 18 y 34 años, los habitantes de Santiago y quienes se identifican con la izquierda.
En medio de su alta desaprobación el mandatario chileno, que en el pasado fue promotor de protestas contra el gobierno, enfrenta ahora importantes movilizaciones en su contra. En al menos ocho ciudades del país, organizaciones de camioneros bloquearon las carreteras para exigir control en el precio de los combustibles y seguridad en las rutas. En respuesta a la fuerte movilización, el presidente Boric los acusó de tener poca voluntad de diálogo y les advirtió que no iba a permitir que se impidiera el libre tránsito a los chilenos.
La ciudadanía del país trasandino, como muchas otras del mundo, está impaciente y tiene unas expectativas tan altas que dejan muy poco margen para pasar de las promesas de campaña a la realidad de manejar un gobierno de izquierda del que el pueblo espera los milagros que se atrevieron a proponer. A ello debe sumársele la inflación desatada de la economía, que alcanza el 9,4 por ciento anual y que se siente con fuerza en las calles, especialmente en los estratos socioeconómicos más bajos, donde el grado de desaprobación de Boric llega al 61 por ciento.
Por otro lado, Chile vive una ola de inseguridad nunca vista en ese país. No es solamente la ejercida por grupos mapuches radicales mediante ataques incendiarios y acusaciones a Boric sobre su desconocimiento absoluto del conflicto territorial, frente a lo cual el gobierno ha mostrado inquietantes signos de descoordinación y de falta de gobernabilidad. Es también la que padece su capital, Santiago, que pasó de ser una de las ciudades más seguras de Latinoamérica a estar azotada por la delincuencia. El número de homicidios aumentó y los asaltos a plena luz del día, así como los robos de vehículos, son más frecuentes en el país trasandino.
Respecto de la propuesta de la nueva Constitución que se redacta en Chile, la encuesta de Pulso Ciudadano señaló que un 36,8 por ciento de los consultados votaría rechazarla, contra un 32,2 por ciento que la aprobaría. Cadem mostró preferencias parecidas, con un 45% inclinándose por la opción de rechazar el nuevo texto, frente a un 38% a favor de aprobarlo. Lo que antes despertó euforia en Chile hoy es objeto de escepticismo y rechazo.
La duda que se ha instalado no es solamente si Boric va a poder enfrentar el panorama adverso y la difícil situación que ha quedado después de la pandemia y de las eventuales consecuencias de la guerra en Ucrania, sino si podrá enfrentar los retos que implican los deseos y expectativas de casi el 56% de chilenos que votaron por el actual mandatario y que reclaman sean cumplidas.