"Les habla el comandante"
Además de los conocidos trastornos por medidas de fuerza de los gremios aeronáuticos, los pasajeros de Aerolíneas son rehenes de discursos políticos
Al asumir en 2015, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, planteó una política aerocomercial conocida como la "Revolución de los Aviones", que liberó las tarifas, permitió y promovió la llegada de nuevas empresas aéreas, logró que más argentinos viajen en avión, muchos de ellos por primera vez, y que se terminaran los "aprietes" a competidores de Aerolíneas Argentinas (AR). Esta política, sin embargo, es salvajemente resistida por algunos representantes de gremios aeronáuticos, capaces de hacer lo que haga falta para evitar que triunfe la "revolución".
Los sindicalistas afines a la fórmula presidencial kirchnerista se han dedicado a enumerar, como si fueran spoilers de una serie, todos los males que sobrevendrían a la industria aerocomercial si prosigue la política oficial. Incluso, contra toda lógica y velo por la seguridad dentro de una aeronave, lo han hecho con los pasajeros de rehenes, quienes antes de bajar de los aviones de la empresa estatal han debido escuchar discursos políticos de los pilotos, con el fastidio que ello conlleva.
Estos insólitos episodios tuvieron lugar recientemente, una vez que los aviones de la línea aérea estatal aterrizaron. Los pasajeros fueron sorprendidos con una voz que decía: "Les habla el comandante. Habiendo finalizado el vuelo, queremos informarles sobre la situación que enfrentamos los pilotos argentinos". A esa introducción, siguió la lectura de un comunicado del gremio con distintas críticas a la política aerocomercial del gobierno nacional, que solo pueden entenderse en clave política y de cara al proceso electoral que se avecina.
La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) denunció penalmente a los pilotos que leyeron mensajes contra el Gobierno durante los vuelos de AR, al considerar que se podría haber puesto en peligro la seguridad de las aeronaves. En tal sentido, el manual de operaciones de la aerolínea de bandera establece que el comandante del avión no puede expresar opiniones personales cuando se efectúan anuncios a los pasajeros.
Más allá de esas reglamentaciones, es indudable que se está ante un proceder indebido, que utiliza bienes de la empresa en beneficio particular de un gremio con un claro interés político.
Cabe recordar que el titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), Pablo Biró, dirigente aliado del kirchnerismo y cercano a Hugo Moyano, admitió públicamente su intención de "voltear al gobierno" de Mauricio Macri.
La conflictiva posición de algunos gremios aeronáuticos, como el encabezado por Biró, se produce en momentos en que se intenta dotar de racionalidad y eficiencia a la aerolínea de bandera, que soporta un enorme déficit, y brindarle dinamismo al sector aerocomercial argentino en general. En ese orden, la llegada de las aerolíneas low cost tuvo un impacto positivo en el mercado.
Como se sabía, y lo confirmó públicamente el presidente de AR la semana pasada, la mayor parte de sus pérdidas tiene lugar en los vuelos internacionales y no en los de cabotaje. El gremio de pilotos, bajo constantes amenazas de parar la actividad, negocia "noches de posta" para la tripulación sin importarle si la ruta es a pérdida o no, y si es beneficiosa para el país o no. Esgrime que volar al exterior, incluyendo los destinos paradisíacos en el Caribe, es esencial para ejercer la soberanía aerocomercial argentina. Con ello justifican las postas en dichos destinos y las consiguientes pérdidas del dinero público.
Los gremios alegan que, en cabotaje, Aerolíneas vuela a destinos donde no van otras empresas y que, además, lo hace a perdida. Tomando datos de marzo de este año, de los 42 aeropuertos con vuelos regulares comerciales en el país, AR no vuela a todos, sino que lo hace a 36. De esos 36, a solo 13 lo hace en forma exclusiva. En los otros 23, tiene al menos un competidor. En las rutas donde vuela sola, las tarifas son casi el doble de las que cobra en destinos con competencia.
Al defender a la línea de bandera, los pilotos y demás gremios dicen que. como fruto de la "revolución". la empresa estatal pierde su cuota de mercado y que ello pone en peligro su continuidad. Tergiversan los datos del mismo modo que el Indec en tiempos de Guillermo Moreno. En el período enero-mayo de 2015 AR tuvo una cuota de mercado del 75%; en el mismo período de 2019 tuvo una cuota del 63%, pero el dato importante que ocultan es que en el primer semestre de 2015 llevó 3.416.000 pasajeros en vuelos de cabotaje y este año, en igual semestre, 4.830.000. Pareciera que los gremios prefieren que menos gente vuele a costa de mantener una alta cuota del mercado en una sola empresa, y lograr que sus medidas de fuerza tengan más peso específico, sin importar que menos gente vuele. El balance de Aerolíneas en 2018 arrojó un rojo de casi 22.000 millones de pesos, algo así como 60 millones de pesos por día.