Medidas para la seguridad vial
Según el último informe del Observatorio de Movilidad y Seguridad Vial de la ciudad de Buenos Aires, en 2021 murieron 96 personas como consecuencia de accidentes de tránsito en este centro urbano. Motociclistas, ciclistas y peatones representaron casi el 90% del total de los fallecimientos. Por otra parte, el exceso de velocidad fue el principal factor de riesgo en los accidentes –verificado en seis de cada diez decesos–, totalizando el 57%; el 32% correspondió a cruces con semáforo en rojo, y el 21%, a alcohol al volante.
Se trata de la cifra más baja de los últimos años y representa una disminución del 7% en comparación con 2019, sin contar lo sucedido en 2020, dado que fue un período atípico en términos de movilidad debido a las restricciones para circular en el contexto de la pandemia de coronavirus. Según señala el gobierno porteño, esos resultados son producto de un trabajo profesional que planifica, identifica los problemas, analiza datos y actúa en consecuencia.
También como parte del segundo Plan de Seguridad Vial, que lleva adelante la Ciudad con el objetivo principal de seguir disminuyendo el número de muertes y modificar comportamientos, se anunció que se renovará el sistema de fiscalización electrónica.
El proyecto apunta especialmente a disminuir el porcentaje de conductores que exceden la velocidad máxima permitida, así como también el de automovilistas que cruzan en rojo. Además de modernizar las cámaras ya existentes, se ha dispuesto que el nuevo sistema de fiscalización electrónica sume 73 nuevos puntos de control de velocidad y cruces con semáforo en rojo. Con ello, la ciudad espera contar con un total de 208 puntos de fiscalización. El proceso de concientización se extenderá durante dos meses y el lunes 4 de julio se comenzará a registrar las infracciones en las nuevas ubicaciones.
A estas acertadas medidas se suma el acuerdo firmado entre el gobierno porteño y la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), que permitirá intercambiar información sobre personas con licencia nacional de conducir radicadas en la ciudad, con el fin de identificar a conductores temerarios; es decir, aquellos que cometen graves faltas tales como conducir bajo los efectos del alcohol y estupefacientes, negarse a los controles, exceder los límites de velocidad permitidos, no respetar la señalización de los semáforos y adulterar patentes.
La Dirección General de Administración de Infracciones de la Ciudad (DGAI) notificará al conductor que acumule diez o más infracciones graves para que resuelva su situación según la normativa local. Si el conductor no la regulariza, la ANSV podrá solicitar la suspensión provisional de su licencia por considerarlo un conductor temerario. Cumplida la sanción, deberá ser reevaluado con un examen psicofísico que determine su aptitud para conducir.
La problemática vinculada a la seguridad vial es tan compleja que no alcanza con concientizar, educar y exigir que las autoridades controlen adecuadamente el respeto por las normas de tránsito, aplicando las severas sanciones que correspondan a quienes por su imprudencia deben ser considerados delincuentes. Es imprescindible contar con el firme compromiso de todos para que las calles, avenidas y rutas dejen de ser territorios de muerte, como ocurrió días atrás, frente al hipódromo de Palermo.