Reformas sin pausas ni temores
MONTEVIDEO.- Con el tercer año de gobierno en marcha, los plazos corren y las presiones aumentan. Para colmo los dos primeros ocurrieron en emergencia sanitaria. Uno de los objetivos que urge acelerar y para el cual los tiempos quedaron comprimidos a estos tres años finales es la reforma de la educación.
Por otro lado, están los sindicatos, los mismos a los que en su tiempo el entonces presidente José Mujica señaló como un obstáculo para cualquier cambio. El proceso de reforma está en marcha, la pregunta es si los ritmos son suficientes como para consolidarla en poco tiempo.
Las autoridades educativas no pueden hacer caso de la presión de la pesada burocracia y menos aún a los caprichos de la corporación sindical.
La puesta en marcha de estos cambios genera esperanzas. Hay que tener en cuenta que los resultados de lo que se empieza a hacer hoy recién se verán en diez o quince años. Cada día que se postergue la tan necesitada reforma es un golpe duro para las generaciones afectadas.
Las autoridades educativas no pueden hacer caso a la presión de la pesada burocracia y menos aún a los caprichos sindicales.
En este tema hay años de atraso y no se debe dejar pasar un minuto más. Lo que se empezó a hacer hay que continuarlo sin pausas, sin interrupciones y, más que nada, sin temores.