Sin espacio para grietas
Un novedoso escenario para el diálogo interreligioso, recientemente constituido, nos invita a dejar atrás divisiones y construir puentes
LA NACIONEn un escenario desbordante de conflictos y violencia, capaz de minar cualquier mirada esperanzadora, no son pocos los que redoblan esfuerzos para promover la concordia. La construcción de más espacios de diálogo y encuentro continúa siendo no solo una asignatura pendiente, sino también el único trampolín hacia un futuro posible para nuestro castigado país, tan necesitado de consensos.
Hace un año se colocaba la piedra fundamental de un espacio inédito, el Espacio de Diálogo Interreligioso (EDI), que fue inaugurado días atrás en Sunchales, provincia de Santa Fe, para honrar y promover el diálogo interreligioso como exitosa y probada herramienta de cooperación a través de actividades de formación, celebraciones religiosas y eventos culturales. Desde la Fundación Grupo Sancor Seguros, responsable de esta iniciativa, se destacó la importancia de hacer foco en la familia y en la educación en valores para propiciar la tolerancia y el respeto.
Con la presencia de destacadas personalidades, funcionarios nacionales y provinciales, y mensajes virtuales del papa Francisco y del presidente Alberto Fernández, representantes de los principales credos reflexionaron sobre la oportunidad y el desafío que ofrecen las propuestas que se desarrollarán desde el nuevo espacio.
Vencer las divisiones es posible cuando un proyecto superador nos convoca
Monseñor Oscar Ojea, en representación del catolicismo, destacó el valor de dejarse transformar por la escucha atenta. El rabino Daniel Goldman puso el acento en la equivocada tendencia a considerarnos “dueños de verdades” como obstáculo para el encuentro, mientras que el imán Omar Abboud reflexionó sobre la tradición y difusión del diálogo interreligioso en la Argentina, que excede lo teológico y que se sustenta en cuestiones compartidas como el amor a la patria, los valores y la justicia. En esa dirección, el pastor evangélico Leonardo Schindler subrayó que la mejor religión es precisamente la que nos convierte en mejores personas.
Una vez más, la Argentina se yergue como promotora de una iniciativa ejemplar en favor del respeto a la diversidad y al sano disenso, en favor de la convivencia pacífica. Los habitantes de este suelo debemos entender que vencer las divisiones es posible cuando un proyecto superador nos convoca. Es de esperar que las próximas generaciones puedan ponderar nuestra capacidad para dialogar, debatir y construir puentes que nos aseguren el desarrollo y la inclusión para todos. Que lo hagan desde aquí y no habiendo emigrado depende de cada uno de nosotros.
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