Secuestro informativo
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En medio de la tragedia de suministro de energía eléctrica que padece Venezuela, los sufridos ciudadanos no saben a qué atenerse. Los pocos medios de comunicación que todavía funcionan bajo estrictos compromisos profesionales ven cerradas las puertas de las autoridades del área que tienen la obligación de comunicar las novedades sobre una gravedad de proporciones nacionales. Crece la desesperación de millones de ciudadanos que solo aspiran a un desenlace urgente. Se puede estar en las cercanías de una explosión sobre cuyo estallido nadie tiene la posibilidad del freno.Debido a las limitaciones impuestas a los espacios informativos, a la profundización del hostigamiento contra los periodistas que buscan la verdad y a la grosera colonización que hacen de los canales oficialistas, el usurpador y sus burócratas, movidos por la desesperación, han establecido el monopolio de la instigación al odio y a cometer las tropelías que los favorezcan. Conviene tener presente esta monstruosa orientación, por los horrores que puede producir.
El Nacional, Venezuela