"¿Adónde voy?": los ciudadanos de la UE, en un limbo legal ante el Brexit
Algunos llevan varias décadas de vida y trabajo en Gran Bretaña, y ahora enfrentan el riesgo de perder la residencia cuando el país deje de pertenecer al bloque
BRISTOL.- Anna Amato tenía solo dos años cuando se mudó a Gran Bretaña desde Italia con sus padres, hace 55 años. Vivió allí desde entonces; fue a la escuela y a la universidad, tuvo diversos puestos de trabajo y pagó impuestos. Siempre vivió en la ciudad de Bristol, en el oeste de Inglaterra, donde se casó con un británico, y tiene dos hijos británicos.
Al igual que miles de ciudadanos de la Unión Europea (UE) que hicieron del Reino Unido su hogar después de vivir allí durante décadas, Amato siempre asumió que se había ganado el derecho legal de establecerse permanentemente. Pero la administración local no estuvo de acuerdo. El Ministerio del Interior rechazó su solicitud de residencia permanente el año pasado, al alegar que no tenía suficientes pruebas para documentar su situación. Amato quedó desolada.
"Estás en tu país, es una democracia, de repente te dicen que después de este tiempo nadie sabe lo que te va a pasar", dijo Amato, de 57 años. "¿Adónde voy? Es muy, muy aterrador", añadió.
Amato es una más entre un número creciente de ciudadanos de la UE a los que se les niega el derecho a vivir indefinidamente en Gran Bretaña de cara a la salida del país del bloque, prevista actualmente para el 31 de octubre próximo.
Durante décadas, la adhesión del Reino Unido a la UE garantizó a los ciudadanos del bloque el derecho a vivir y trabajar en el país. Pero mientras Londres se prepara para romper los lazos con Bruselas después de 46 años, los ciudadanos de la UE deben solicitar que se mantenga un nuevo salvavidas legal, conocido como "estatus de asentado".
En virtud de lo aprobado por el gobierno, a los ciudadanos de la UE que puedan demostrar que vivieron continuamente en el país durante cinco años se les concederá el estatus de asentado, lo que les otorgará los mismos derechos al trabajo, al estudio y a las prestaciones de los que gozan en la actualidad.
Sin embargo, Reuters habló con seis ciudadanos de la UE, entre ellos un chef francés de primera línea, a los que se les denegó el estatus de asentado a pesar de que automáticamente deberían acceder a la residencia permanente.
A muchos ciudadanos de la UE les preocupa que puedan perder el derecho a la asistencia sanitaria gratuita o al empleo. Otros están preocupados por la forma en que demostrarán que tienen derecho a regresar si viajan al extranjero.
El futuro de los inmigrantes de la UE se vio aún más envuelto en la confusión por el anuncio del gobierno este mes de que su derecho automático a vivir y trabajar en Gran Bretaña terminará abruptamente -y antes de lo esperado- en el caso de que no haya un acuerdo para el Brexit.
Señal
Virendra Sharma, diputada del opositor Partido Laborista y partidaria del grupo activista pro-UE Best for Britain, dijo que el caso de Amato era una señal de que el gobierno no está preparado para un cambio tan drástico en el sistema de inmigración.
"La historia de Anna es trágica -dijo-. ¿Cómo puede borrarse la existencia en este país de alguien que dio tanto de su vida a Gran Bretaña, que fue a la escuela aquí y se casó aquí? Creo que la mayoría de la gente diría que eso no está bien".
Amato, que habla con un suave acento de Bristol, comenzó a tratar de desentrañar su estatus migratorio en 2017. Fue un año después del triunfo del voto a favor de abandonar la UE y cuando el gobierno prometía endurecer las normas de inmigración para los ciudadanos del bloque.
Pasó unos tres meses recopilando documentos para solicitar el estatus de residente permanente. Incluían declaraciones de impuestos, estados de cuenta bancarios, sus calificaciones y su número de la seguridad social.
En una carrera de casi 40 años, Amato dirigió una pizzería de delivery durante casi 20 años y también trabajó como asistente personal y terapeuta. Amato, que dice que es "apolítica", estima que en su vida pagó más de medio millón de libras (unos 615.000 dólares) en impuestos. Para cuando terminó de recopilar los documentos, llenó una caja, que era tan pesada que le costó 35 libras enviarla por correo.
Pero el Ministerio del Interior rechazó su solicitud con una carta que decía que ella "no había demostrado que tiene un derecho permanente de residencia en el Reino Unido".
Amato hizo entonces una serie de llamadas frenéticas al ministerio y envió casi una docena de correos electrónicos para quejarse de que había habido un error. Pero hasta ahora el gobierno se ha negado a cambiar su decisión.
En un correo electrónico que irrita especialmente a Amato, un empleado de la administración le dijo que no había demostrado ser "una persona cualificada, ya sea como trabajadora, como autónoma, como estudiante, como demandante de empleo o como persona autosuficiente".
"Es muy insultante", dijo, mientras se secaba las lágrimas.
Andrew MacAskill
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