Afganistán sufre el año más mortífero para el ejército
Unas 35 personas murieron y alrededor de 60 resultaron heridas durante un grave atentado perpetrado hoy en Kandahar; desde enero, ya fallecieron 295 militares
KABUL.- Más de 35 personas murieron y alrededor de 60 resultaron heridas durante un grave atentado con bomba perpetrado hoy en la sureña ciudad afgana de Kandahar, informó el portavoz Zelmai Ayoubi del gobernador provincial.
"La información que recibí de nuestras fuerzas policiales en el área dice que 36 personas fueron muertas y otras 64 resultaron heridas en la explosión", indicó el comandante policial para la región sur Gholam Ali Wahdat.
Fue uno de los atentados con bomba más serios en Afganistán en meses. Ayoubi señaló que el ataque fue cerca de una oficina de una compañía privada de construcción de rutas, y no la sede de una organización humanitaria canadiense CIDA, como se reportó previamente.
Según testigos, el ataque fue cerca de un edificio que alberga al servicio secreto de Afganistán. Tras la explosión oyeron disparos y luego la policía y el ejército cercaron el sitio. Ayoubi explicó que la mayoría de las víctimas eran civiles, dado que decenas de viviendas de civiles quedaron destruidas por el ataque -en el centro de la ciudad- del que se presume fue perpetrado con un autobomba.
Se prevé que la cifra de víctimas aumente después de remover los escombros. La fuerza de la detonación hizo que a un kilómetro de distancia reventaran varios vidrios de viviendas. Esta misma jornada, se difundieron los primeros resultados de las elecciones presidenciales afganas, contra las que los talibanes islamistas radicales anunciaron un boicot.
Jefe muerto. El jefe talibán Baitulá Mehsud murió el domingo pasado después de haber sido herido gravemente durante el ataque de un avión sin piloto (drone) norteamericano, dijo a la BBC su sucesor al frente del movimiento Therik-e-Taliban Pakistan (TTP), Hakimula Mehsud.
El hombre, que era pariente y portavoz de Mehsud, días atrás fue electo para suceder al jefe muerto, aunque sin confirmación oficial, en un ataque misilístico realizado por un avión sin piloto estadounidense el 5 de agosto.
Según afirmó Hakimula Mehsud a la televisión inglesa y retomó la paquistaní, Baitula Mehsud fue herido gravemente en el ataque del avión estadounidense y permaneció inconsciente hasta el domingo, cuando murió.
Año más mortífero. El año 2009 es ya en el más mortífero para las fuerzas extranjeras desplegadas en Afganistán desde finales de 2001, luego de que cuatro soldados estadounidenses de la OTAN resultaran víctimas de una bomba hoy, en un momento en el que la opinión pública norteamericana apoya cada vez menos la intervención.
Cuando aún quedan cuatro meses para que acabe el año, 295 militares extranjeros han muerto ya en el país asiático, frente a las 294 víctimas mortales en todo 2008, según la web independiente icasualties.org.
Cuatro soldados estadounidenses de la fuerza de la OTAN (ISAF) perecieron por la explosión de una bomba en el sur de Afganistán, anunció la alianza atlántica. Estas muertes se producen en un momento en el que la estrategia del presidente estadounidense, Barack Obama, en Afganistán es cada vez más criticada en su país, donde la opinión pública es ya mayoritariamente contraria a la guerra.
Los estadounidenses componen la gran mayoría: 62.000 hombres, de los 100.000 militares extranjeros destinados en Afganistán. El sur, especialmente la provincia de Helmand (feudo de los talibanes y productora del 55% del opio mundial) es la región más violenta de Afganistán.
Las tropas internacionales y afganas han llevado a cabo desde hace varios meses numerosas operaciones, de cara a las elecciones celebradas el pasado jueves, perdiendo muchos de sus hombres, víctimas la mayor parte de bombas artesanales.
Según icasualties.org, 63 soldados extranjeros murieron en agosto y 295, de ellos 172 norteamericanos, desde el inicio de 2009, frente a los 294 de todo el año anterior, que había sido el más mortífero hasta entonces.
La insurrección de los talibanes y de otros activistas islamistas se ha intensificado y extendido considerablemente en los dos últimos años. El problema político amenaza con intensificarse en Estados Unidos, donde Obama podría pronunciarse en breve sobre el envío de nuevos refuerzos a Afganistán, pese a que desplegó recientemente otros 21.000 soldados sobre el terreno.
Su nuevo comandante para Afganistán, el general Stanley McChrystal, debería solicitar nuevos refuerzos en las próximas semanas, pero esto chocaría con los deseos de los estadounidenses. Sólo una cuarta parte de ellos aprueban el envío de nuevas tropas a Afganistán, según las últimas encuestas de opinión, que revelan también una caída de la popularidad del presidente norteamericano.
Ayer, un senador demócrata (el partido de Obama) exigió por primera vez una fecha para la retirada de las tropas estadounidenses en Afganistán, cuestionando además la efectividad de los refuerzos.
"Es hora de iniciar el debate sobre un calendario flexible para que la gente en Estados Unidos, en Afganistán y en el resto del mundo vean que tenemos la intención de retirar nuestras tropas", declaró el senador Russell Feingold, quien agregó que una retirada no significaría que su país dejase de perseguir al grupo islamista Al Qaida.
Según los medios estadounidenses, el general McChrystal estudia tres opciones: una de "alto riesgo" consistente en pedir sólo 15.000 soldados suplementarios, una de "riesgo medio" que sería pedir 25.000 nuevos hombres y una de "escaso riesgo" al solicitar el envío de 45.000 militares.
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