Afirman que murió uno de los líderes de la guerrilla filipina
ZAMBOANGA, Filipinas.- La presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, aseguró que uno de los rebeldes musulmanes más buscados, el hombre clave en el secuestro, el año pasado, de una pareja de misioneros estadounidenses, murió ayer en un enfrentamiento con tropas del gobierno, en el primer gran golpe infligido a Abu Sayyaf, la organización separatista filipina considerada por Estados Unidos como cercana aliada de Al-Qaeda.
"El general Ernesto Carolina me aseguró que Abu Sabaya fue herido y ahora está muerto. Están buscando su cuerpo. Fue visto al caer en el agua y se ahogó", aseguró la mandataria.
La declaración de Arroyo se produjo luego de que rebeldes de Abu Sayyaf que se desplazaban en un bote con motor se enfrentaron con las fuerzas navales cerca de la costa de la sureña península de Zamboanga, en las primeras horas de ayer.
Tres rebeldes, entre ellos Sabaya, murieron en el enfrentamiento y otros cuatro fueron detenidos, según informaron fuentes militares.
Sabaya, de 39 años, ex cadete naval cuyo nombre real era Aldam Tilao, fue el principal vocero de Abu Sayyaf y públicamente el líder más importante de este grupo, que dice estar luchando por un territorio musulmán independiente en el sur de Filipinas.
Los buzos recuperaron sus anteojos de sol, un teléfono satelital y una mochila, agregó el general Carolina. "No tengo ninguna duda de que esto es (sólo) cuestión de sacar el cuerpo de Sabaya del agua", dijo el general.
Sin embargo, al anochecer, los buzos que trabajaban en aguas de 38 metros de profundidad aún no habían recuperado el cadáver.
Estados Unidos ha ofrecido una recompensa de cinco millones de dólares por información que conduzca a la captura de cinco jefes de Abu Sayyaf, grupo que lidera Khadafi Janjalani, hermano del fundador de la organización, Abdurajak Janjalani, que murió a manos de los soldados en 1998.
El ejército intensificó sus esfuerzos para desarticular a Abu Sayyaf después de que el misionero estadounidense Martin Burnham y la enfermera filipina Deborah Yap, secuestrados por el grupo durante más de un año, murieron en un choque entre guerrillas y soldados este mes. La esposa de Burnham, Gracia, resultó herida también en el enfrentamiento.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, elogió a Arroyo en relación con este caso. "Quiero felicitar a la presidenta de Filipinas. Aprecio su liderazgo y fortaleza", afirmó.
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