Amenazas y oportunidades para las exportaciones argentinas
Los negocios de los exportadores e importadores de la Argentina cambiarán algo a partir de mañana, cuando la Unión Europea (UE) sume diez nuevos socios del Este y del Mediterráneo. La ampliación de ese bloque, en plena negociación de un acuerdo con el Mercosur, que debería sellarse en octubre, supone ciertas amenazas y oportunidades potenciales para el comercio y la inversión argentinas.
El costado positivo es "el eventual acceso a un mercado más amplio, una vez que se haya firmado el acuerdo entre el Mercosur y la UE", según destaca un informe difundido ayer por el Centro de Economía Internacional (CEI) de la Cancillería. El bloque europeo sumará 75 millones de habitantes que importan anualmente casi US$ 200.000 millones.
La posibilidad de que haya acuerdo birregional irá aumentando y decreciendo a medida que avance la negociación de las ofertas de apertura comercial. El director general de Agricultura de la Comisión Europea, José Manuel Silva Rodríguez, admitió anteanoche a LA NACION que la discusión "está hirviendo", como sucede cuando los pactos marchan bien.
El lado negativo es más palpable, según se desprende del estudio del CEI. Existe un "riesgo de que los productos argentinos se vean desplazados en la UE actual (la de los 15 miembros occidentales) en virtud de la preferencia arancelaria de la que gozarán los bienes de los nuevos socios".
El impacto nocivo sobre las exportaciones argentinas no será abrupto, dado que el proceso de ampliación no se ha producido de un día para el otro. Desde principios de los 90, los países del Este, que salían del comunismo, firmaron acuerdos con la UE, que fue reduciendo los aranceles a la importación desde esos orígenes.
En forma gradual
En la actualidad rige el libre comercio de bienes industriales, por lo que no deben esperarse demasiados perjuicios en este sector en la Argentina. En cambio, aún no se ha terminado la liberalización agrícola.
Los productores de alimentos de los nuevos socios, tanto de materias primas como de procesados, gozarán de menos barreras para entrar en los 15 miembros actuales de la UE. Y no sólo eso: el mayor impacto puede generarse porque los agricultores del Este, que ya son competitivos en algunos productos y en países como Polonia y Hungría, recibirán subsidios que crecerán en forma gradual hasta que en 2013 se equiparen con los destinados a los socios antiguos.
Las amenazas para las exportaciones argentinas radican en producciones que Europa del Este ha ido aumentando en los últimos años: maíz, limones, manzanas, harinas de girasol, miel, crustáceos y preparaciones bovinas. No hay peligro para la carne vacuna y las harinas de soja, principales envíos de la Argentina a la UE. Estos son los pronósticos del CEI sobre la base de una hipótesis que prevé la ampliación europea, el incremento de productividad en los nuevos socios y un acuerdo con el Mercosur.
"La incorporación a la UE debería incrementar el nivel de ingreso promedio de los nuevos socios", lo que conferirá "gran potencial para colocar exportaciones argentinas", apunta el think tank de Cancillería. El informe muestra que el 70% de las oportunidades corresponde a agroalimentos (frutas, harinas de soja y cereales) y el 30%, a manufacturas industriales y minería (productos químicos, pieles, cueros y algodón).
Las ventajas y desventajas para la Argentina también influirán en el destino de las futuras inversiones que vayan a mercados emergentes: elegirán entre una Europa del Este más estable por ser parte de la UE, un Asia mucho más pujante o América latina.
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