Apagar el fuego que él inició, una técnica vieja del magnate
WASHINGTON.- Debe de ser raro para las palomas de izquierda descubrir que están del mismo lado que Tucker Carlson en algún asunto. El presentador de noticias de Fox News, un derechista conocido por su desembozado nacionalismo blanco, fue uno de los escépticos que instaron privadamente al presidente Trump a que no lanzara un ataque militar contra Irán la semana pasada. Cuando el gobierno de Irán derribó un dron de vigilancia norteamericano sobre el estrecho de Ormuz, la Casa Blanca pergeñó una acción de represalia. Se dice que figuras claves del gobierno de Trump -básicamente, el asesor en seguridad nacional, John Bolton, y el secretario de Estado, Mike Pompeo- estaban a favor de devolver el golpe. Así fue como elaboraron un plan de ataque.
Pero el viernes Trump se volvió a las redes sociales para felicitarse a sí mismo por haber frenado a los militares norteamericanos que estaban "envalentonados y cargados" para atacar blancos iraníes. En la cabeza de Trump parece haber primado la idea de Carlson, a saber, que la base electoral nacionalista de Trump no está interesada, por no decir que se opone completamente, en embarcarse en costosos y enredados conflictos militares en el extranjero. Carlson sugirió que un abordaje más efectivo sería que Estados Unidos mantenga la actual campaña de presiones sobre Irán, asestándole sanciones económicas aún más duras a partir de hoy.
"Estoy recibiendo muchos elogios por lo que hice. Mi idea es que ?tenemos un montón de tiempo'", dijo Trump frente a los periodistas el sábado, en referencia a su marcha atrás con un ataque que habría costado la vida de muchos iraníes. "Todos decían que soy un halcón que agita la guerra, y ahora dicen que soy una paloma, y yo digo que no soy ni lo uno ni lo otro. No me gustaba la idea de que sin saberlo ellos hubiesen derribado un dron no tripulado y que nosotros matáramos a 150 personas".
Trump también elogió públicamente a Bolton por su "inflexible postura" y su mentalidad de halcón. Pero se dice que en privado Trump se quejó sobre el elenco de línea dura que tiene en su círculo íntimo. "Esa gente nos quiere empujar a una guerra, y eso es repugnante", le habría dicho Trump a un confidente sobre sus propios asesores, según el diario The Wall Street Journal.
Por un lado, Trump tiene razón: no es ni un halcón de guerra ni una paloma. De ser por él, Estados Unidos probablemente tendría menos presencia militar en Medio Oriente y delegaría mucho más en sus aliados del Golfo la ejecución de su agenda regional. Pero más allá de su insistencia en que se opone a la guerra, sigue siendo él quien regó la pólvora que puede desatar un infierno.
La pulseada por Irán no fue más que una última muestra de Trump jugando al incendiario y el bombero al mismo tiempo. El actual estado de tensión es consecuencia directa de la decisión del gobierno de Trump de renegar de los términos del tratado nuclear con Irán, de la reimposición de las sanciones y de la aplicación de otras medidas para asfixiar al régimen de Teherán. Y todo eso se hizo contrariando los deseos de los principales aliados norteamericanos en Europa y en medio de un clamor de protesta de gran parte del establishment político de Washington.
"Es el mismo numerito de siempre: tapar el problema que él mismo generó y después declarar la victoria, pero esta semana agregó dimensiones bíblicas a su teatro", escribió Jack Shafer, de Politico. "Primero, asumió el personaje del dios vengativo, ordenando un ataque sobre Irán como represalia por el derribo de un dron de vigilancia de 200 millones de dólares de la Armada. Después, se zambulló en el camerino para un cambio de vestuario y reapareció bajo el manto del príncipe de la paz y canceló el ataque".
Pero esta vez el numerito es poco convincente, sobre todo porque los asesores halcones de Trump siguen en el camino de la guerra. Tanto Bolton como Pompeo viajaron a Medio Oriente durante el fin de semana para hablar pestes de Irán y perjurar impedir que Teherán construya armas nucleares, una perspectiva que la agencia nuclear de las Naciones Unidas y los demás miembros del Consejo de Seguridad creían que ya se había evitado gracias al acuerdo nuclear que Trump decidió desconocer.
Seyed Hossein Mousavian, exvocero de los negociadores nucleares de Irán y profesor de la Universidad de Princeton, dijo a The Atlantic que "al destruir el acuerdo Trump destruyó la confianza y cualquier posibilidad de una futura negociación".
"Dada la determinación de ambas partes de no dar un paso atrás, va a ser difícil que no haya una escalada", escribió en Foreign Affairs el exfuncionario de Obama Philip Gordon.
Traducción de Jaime Arrambide
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