Argentinos a la espera del Papa
Previsores: viajar antes para evitar el caos fronterizo
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Los correntinos Rubén Bassi, de 45 años, y su mujer, Verónica Brest, decidieron llegar a Asunción ayer para evitar el caótico cruce que se preveía en la frontera. Luego de un viaje relajado en auto, en el que casi no notaron otros vehículos con patentes argentinas, aprovecharon la mañana para hacer compras en la calle Palma, en el centro histórico de la capital paraguaya. "Está todo a mitad de precio", comentó Bassi, el padre de la familia ensamblada. Sus dos hijas, Candela y Martina, de 14 años, asintieron. "Nos queda más cerca venir a Asunción que a Buenos Aires y esto de poder tener al Papa a tan sólo 300 kilómetros es algo único, histórico", dijo Bassi. La pareja tuvo un hijo, al que llamaron Francisco, justo tres meses antes de que Francisco fuera elegido Papa, en marzo de 2013. Según Brest, además de emocionante, "fue como una señal de Dios". Para su esposo, es un orgullo tener un papa argentino, que sea tan sencillo y carismático. "Es el que más representa a Jesús en la forma de ser y como siempre nos enseñaron que tenían que vivir los cristianos", concluyó el correntino.
Travesía: tres días en la ruta para cumplir con ella
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El viaje de Carmen Astutti, de 62 años, y su marido, Hugo España, de 67, empezó en Trelew, Chubut, a 2500 kilómetros de Asunción. Tardaron tres días en llegar en su motorhome. Hugo no es practicante, pero su mujer sí y le quiso dar el gusto de ver a Francisco. "Lo admiro como papa y como profeta. Después de haber leído su exhortación apostólica me quedé pasmada. Es un papa que se animó a hacer denuncias. Es alguien que siempre tuvo un discurso directo", sostuvo Astutti, que pertenece a la parroquia San Pedro y San Pablo, de Comodoro Rivadavia. El matrimonio está alojado en la casa de una voluntaria de Schoenstatt. Como ellos, otros turistas pueden quedarse a dormir en la casas, escuelas, parroquias o clubes. Según confirmó ayer a LA NACION el padre César Llamosas, coordinador de los alojamientos, la semana pasada sólo habían sido ocupados 4000 lugares de los 60.000 disponibles. "Me vine preparada, me estudié el clima de Paraguay en invierno y me traje botas de lluvia para Ñu Guasú", dijo Astutti, en referencia a la masiva misa que celebrará Francisco pasado mañana.
Doble propósito: vender suvenires y ver a Francisco
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El argentino Roberto Ledezma viajó de la localidad de Castelar a Asunción junto con tres amigos con un doble propósito: ver al Papa y vender suvenires a los turistas. "Un amigo es el que produce la mercancía y vinimos a ayudarlo, pero por ahora la venta no explotó. Supongo que mañana [por hoy] será mejor", dijo Ledezma a LA NACION, mientras ondeaba una bandera con la imagen de Francisco. Explicó, además, que su familia le había encargado recibir la bendición del Papa para después transmitirla. Quizás Ledezma logre ver de cerca a Francisco, aunque más difícil parecen ser las ventas. En Asunción ya se vive una verdadera "Papamanía". Según comprobó LA NACION, en casi cada esquina del centro histórico hay vendedores que ofrecen suvenires de todo tipo: banderas del Vaticano, de la Argentina, remeras, medallas, estampitas y hasta termos de tereré y vasos con la imagen de Francisco. En los supermercados se pueden conseguir también los termos de mate con la imagen del Papa. Cuestan 34.900 guaraníes (unos siete dólares) y hay promociones para los vasos de tereré.
Monjas: unidas por el mensaje del Papa
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Las Hermanas Misioneras Catequistas de Cristo Rey viajaron a Asunción desde distintos lugares de la Argentina con un solo objetivo: poder ver a Francisco. Se encontraron ayer por la madrugada en la terminal de ómnibus de la capital paraguaya. Presentación Báez, de 45 años, viajó desde Tucumán. "Fue una odisea. Salimos desde Tucumán, de ahí cambiamos de ómnibus en Resistencia y luego llegamos a Asunción. Tardamos 20 horas, pero no me arrepiento", contó Báez, de padres paraguayos. "Acá están todos emocionadísimos con Francisco, un hombre sencillo, que seguramente volverá a hablar de la importancia de la familia, como hizo en Ecuador", resaltó. La hermana Yanina Gerez, de 25 años, llegó desde La Plata. "Me gusta que con su sola presencia transmite algo diferente, no sólo por ser argentino. Él transmite la cercanía de Dios con el pueblo", dijo. Para Lurdes González, aspirante a monja de 18 años, lo que más impresiona de Francisco es su humildad, su sinceridad y su entrega a Dios. "Transmite fielmente la presencia de Cristo acá en la Tierra", sostuvo.
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