Ataque a una sede policial en París: el agresor trabajaba hacía 20 años en el lugar del ataque
PARÍS (AFP).- Cuatro policías murieron hoy tras ser apuñalados en el interior de la central de la Policía en París, agredidos por un empleado que fue abatido por agentes. De acuerdo con las autoridades, la agresión es un hecho inédito dentro de la historia de la fuerza francesa.
Sobre el agresor es poco lo que se sabe. Su identidad no fue divulgada. Sí que tenía 45 años, que había nacido en Fort-de-France, una ciudad situada en la colectividad territorial de Martinica y que hacía veinte años que trabajaba allí, en la Dirección de Inteligencia de la Prefectura de Policía.
Según informaron testigos y fuentes, sufría una minusvalía. Las primeras versiones indican que era sordo. Pero los investigadores hasta el momento no saben cuáles podrían haber sido sus motivaciones, por lo que no descarta que pueda tratarse de un conflicto personal.
Según lo publicado por el diario Le Figaro, el ministro del Interior, Christophe Castaner, explicó que el sospechoso, asesinado minutos después de comenzar con el ataque, "nunca mostró ningún signo de alarma". El periódico también indicó que el atacante estaba casado y que tras los hechos su esposa fue detenida.
Por su parte Loic Travers, un responsable del sindicato Alianza Policía Nacional, contó a una cadena televisiva que el atacante "empezó en su oficina, luego salió para continuar con su agresión en otros lugares de la prefectura". "Era un empleado modélico, sin historias".
"Ver a un colega atacar a otros colegas, eso es algo increíble para un policía", comentó otro responsable sindical, Denis Jacob. A su juicio, el ataque sería una muestra de "ruptura del vínculo entre nosotros" y de "deshumanización de la institución".
Tras conocerse la noticia, el presidente francés, Emmanuel Macron, el primer ministro y el titular de Interior acudieron al lugar del ataque, en la isla de la Cité, en el corazón de la ciudad, a metros de Notre Dame, que quedó totalmente cerrado al tráfico y a los transeúntes.
Este incidente ocurrió un día después de una manifestación de miles de policías en París para llamar la atención pública sobre el malestar que reina dentro de la institución, el aumento de los suicidios y la reforma del sistema de pensiones.
El desencadenante de la marcha fue el desgaste operacional vinculado al movimiento de los "chalecos amarillos", que desde hace casi un año denuncia la política social y fiscal del gobierno.
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