Aumenta el malestar entre Obama y la Corte Suprema
Dura réplica del presidente del tribunal a un discurso del mandatario
WASHINGTON.– Una disputa entre el presidente Barack Obama y la Corte Suprema se está recalentando "peligrosamente", de acuerdo con lo que se advierte en medios políticos, y la prensa local ya habla de "La batalla, capítulo II", en una suerte de parodia de las producciones en serie de Hollywood.
Tras semanas de silencio, el presidente del tribunal, John Roberts, consideró que fue "muy preocupante" el episodio vivido por los nueve miembros del cuerpo cuando tuvieron que soportar –en silencio y ante millones de televidentes– la dura descalificación que Obama hizo de uno de sus fallos.
Las declaraciones del juez Roberts se refieren a lo ocurrido el 20 de enero pasado, cuando Obama pronunció ante el Congreso su esperado discurso sobre el Estado de la Unión.
En esa ocasión cuestionó sin medias tintas un fallo de la Corte Suprema norteamericana por el que se autorizó a empresas a participar "abiertamente y sin límite" en la campaña política mediante aportes de fondos.
Combate al lobby
Al presidente –que ha hecho bandera del combate al lobby y al "tráfico de influencias"– el fallo se le atragantó.
"Con el debido respeto a la separación de poderes, la Corte Suprema revirtió un siglo de derecho y abrió las compuertas a los intereses particulares –incluidos los de empresas extranjeras– para que gasten sin límite en nuestras elecciones", espetó Obama.
Fue un mal trago que los nueve magistrados –incluida la hispana Sonia Sotomayor– tuvieron que digerir sin mover un músculo, ya que el protocolo impide que los jueces exterioricen opiniones personales.
Sin embargo, uno de ellos, Samuel Alito, masculló algo por lo bajo y movió la cabeza en señal de desacuerdo. Poco después, una lectura de labios reveló que habría dicho "no es verdad", desacreditando así el juicio presidencial.
Pese al interés del asunto, Alito jamás dijo nada de aquel episodio. Pero en las últimas horas fue el presidente del tribunal, John Roberts, el que volvió sobre el tema y dijo que el incidente "fue muy preocupante", en lo que incluyó la crítica pública del presidente a la decisión de la Corte.
Roberts cargó también contra el hecho de que los jueces del cuerpo deban "soportar" en público expresiones políticas sin poder exteriorizar nada al respecto.
"El acto anual del discurso sobre el Estado de la Unión ha degenerado en una animosa concentración política y yo no estoy seguro de por qué tenemos que estar allí", dijo el juez.
"Cualquiera es libre de criticar a la Corte. Pero, por otro lado, está el tema del ámbito, de las circunstancias y del decoro. La imagen que muestra a los miembros de una parte del gobierno [el Congreso] poniéndose de pie y rodeando literalmente a la Corte Suprema a los gritos, mientras los jueces tienen que sentarse ahí, sin mostrar expresión alguna, creo que todo eso resulta preocupante", añadió Roberts, nombrado por los republicanos en 2005.
Choque riesgoso
"Lo que estamos viendo es un cruce fuera de lo común y riesgoso", dijo ayer Jeffrey Rosen, de la Escuela de Derecho de la Universidad George Washington. "Sobre todo, si se tiene en cuenta que el presidente siempre intenta ganar sus batallas", añadió.
En medios demócratas se da por seguro que Obama seguirá con su ofensiva contra el tribunal.
"Las cuestiones de la Corte Suprema rara vez tienen sentido para el ciudadano promedio. Pero esta vez se puede ver claramente cómo una decisión del cuerpo puede afectar la vida cotidiana", afirmaba ayer un informe del diario The Washington Post.
La tradición jurídica dice que la Corte es apolítica. Pero lo cierto es que su fallo sobre la financiación de campañas la puso de lleno en la batalla partidaria.
Y Obama no da señales de que esté dispuesto a rendirse. Ni en eso ni en nada.
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