"Ayúdenme, soy Amanda Berry"
Cómo fue la angustiosa y desesperante llamada al 911 que permitió liberar a las tres rehenes
lanacionarCLEVELAND, Ohio (AP).- "Ayúdenme, soy Amanda Berry". Con la voz quebrada, al borde del llanto y sin aliento, esa frase fue el principio del fin para la pesadilla que vivió Berry durante la última década.
"Me secuestraron y estuve desaparecida durante diez años. Estoy libre ahora", agregó la joven, de 27 años, a una operadora del 911, que le preguntó dónde vivía.
-"En Seymour Avenue 2207", respondió ella.
-"Seymour 2207. Pero es como si me llamara del 2210".
-"Estoy en la calle. Tengo un celular".
-"OK, quédese ahí con los vecinos. Hable con la policía cuando llegue. Vamos a ir apenas tengamos un vehículo disponible".
Al escuchar esa respuesta, Amanda se quebró y comenzó a llorar. "No, los necesito antes de que él vuelva", suplicó.
Se refería a Ariel Castro, el hombre de 52 años que la mantuvo cautiva en su casa de la ciudad de Cleveland, Ohio, de la que anteayer logró escapar gracias a la ayuda de Charles Ramsey, vecino de Castro y nuevo héroe del barrio.
Según contó el propio Ramsey a varios medios locales, anteayer a la tarde estaba sentado tranquilamente en su casa, a punto de comerse una hamburguesa de McDonald's, cuando de repente escuchó gritos de una casa cercana. Desde su porche vio como una mujer joven pateaba "como loca" la puerta, tratando de salir de una sencilla casa de dos pisos en el tranquilo barrio de West Side, en Cleveland.
"Fui para allá con mi Big Mac y le pregunté: «¿Qué demonios está pasando?»", contó Ramsey a periodistas. "Ella me dijo: «Me secuestraron. He estado en esta casa por mucho tiempo. Quiero irme. Ahora mismo»", agregó.
Se trataba de Berry, desaparecida desde abril de 2003 y cuya audaz fuga permitió a la policía descubrir a otras dos mujeres, Gina DeJesus, de 23 años, y Michelle Knight, de 32, también reportadas como desaparecidas.
Como Berry no podía salir, Ramsey pateó la puerta y la joven gateó junto a una niña pequeña, que más tarde se supo es su hija de seis años. Para entonces, se había congregado una pequeña multitud que quería saber el porqué de tanta conmoción, y Berry se refugió en la casa de enfrente, desde donde llamó al 911.
Ramsey, de unos 40 años, no podía creer lo que estaba ocurriendo. Creía que su vecino, Ariel Castro, vivía solo. "Ese tipo, el vecino, es en realidad un monstruo. Hice barbacoas con él, escuchamos salsa. Nunca nada me hizo pensar que tenía chicas en esa casa. Salía al jardín, paseaba a su perro, cuidaba su auto, un tipo común", agregó.
Otros dos vecinos, sin embargo, contaron que habían estado lo suficientemente preocupados por lo que vieron en la casa como para llamar a la policía en dos ocasiones.
Elsie Cintrón, que vive a tres casas de distancia, dijo que su hija había visto en una ocasión a una mujer desnuda gateando en el jardín hace varios años y llamó a la policía. "Pero ellos no se lo tomaron en serio", afirmó.
Otro vecino, Israel Lugo, por su parte, recordó que en noviembre de 2011 escuchó golpes en algunas de las puertas de la casa de Castro, que tenían bolsas de plástico en las ventanas en lugar de cristales, y llamó a la policía. Los oficiales golpearon la puerta principal, pero como nadie respondió, "caminaron a un costado de la casa y luego se fueron", señaló.
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