Bachelet buscará liberar presos políticos con una oficina en Caracas
La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos completó dos días de visita oficial con un encuentro revelador sobre los abusos sistemáticos del régimen
CARACAS.- Los obispos católicos pusieron ayer el cierre a las reuniones con las organizaciones civiles de la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet , que vivieron su momento culminante durante un encuentro en la Universidad Metropolitana de Caracas con familiares de las víctimas.
"Nuestra expectativa es que su informe refleje el rostro real de lo que pasa en Venezuela", resumió la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) tras presentar sus demandas a la expresidenta chilena, de visita oficial para comprobar in situ la gravedad de la situación.
Fueron dos horas y media de dolor y esperanza, de lágrimas y emociones ante relatos escalofriantes, desde las torturas y abusos en las cárceles hasta las ejecuciones protagonizadas por las Fuerzas Especiales de la Policía (FAES); desde la diáspora masiva que rompe familias hasta la agonía de los niños que mueren en hospitales por falta de asistencia.
Pedrito, el hijo de uno de los 59 colombianos acusados falsamente desde hace casi tres años de ser paramilitares, expuso como nadie el calvario de su padre, de sus compañeros y de los 687 presos políticos que esperan un milagro en los calabozos del chavismo.
"Quiero que se ponga la mano en el corazón. Hemos pasado muchas necesidades porque mi papá no estaba aquí. Le pido que le diga al presidente Maduro, para que salgan todos estos presos políticos, que están en todas las partes hasta donde yo no sé, porque soy un niño", le dijo a Bachelet.
Desbordada por la emoción, Bachelet se levantó y abrazó con fuerza al pequeño, como lo hace quien también fue víctima de atrocidades. Su padre, militar, fue torturado y asesinado en las cárceles de Augusto Pinochet. Incluso ella misma y su madre sufrieron torturas en la terrible Villa Grimaldi.
Pese a mantenerse amparada bajo el paraguas de la neutralidad inherente a su cargo, la expresidenta chilena escuchó conmovida los lamentos de quienes lloran y claman ante el muro de la revolución.
"Que a través de sus buenos oficios recupere la dignidad del pueblo venezolano, liberando a los presos políticos, y que se dejen de violar los derechos humanos, no solo de los presos, sino también de los venezolanos que sufren. Se lo pido de corazón", dijo Juan Guillermo Requesens, padre del diputado Juan Requesens (encarcelado desde hace diez meses) y vocero de varios grupos de familiares.
Bachelet confirmó a las asociaciones civiles la apertura de una oficina de derechos humanos de la ONU en Caracas durante al menos tres meses. "Abrir una oficina de la alta comisionada es positivo, dos de sus funcionarios permanecerán en Venezuela. Pero para nosotros es importante obtener resultados, la liberación de presos políticos y cesar la persecución", dijo Alfredo Romero, presidente de la organización de derechos humanos Foro Penal.
Y esa es precisamente la lucha de Bachelet desde que llegó. Durante la semana el chavismo liberó a 28 de los 715 presos políticos, entre ellos, el diputado Gilber Caro, quien también se reunió con Bachelet. Estaba recién salido del siniestro Helicoide, una de las sedes de la policía política, tras 53 días de detención arbitraria.
Representantes diplomáticos confeccionaron un listado con 500 prisioneros políticos, en el que no figuran los casos más emblemáticos, pero sí quienes obtuvieron boletas de excarcelación emitidas por jueces que no se cumplieron. El gobierno no ha dado su brazo a torcer, aunque se esperan nuevas liberaciones en los próximos días.
En su segunda jornada en Venezuela, Bachelet acudió más temprano al Parlamento para conversar con el líder opositor, Juan Guaidó.
El presidente encargado, reconocido por más de 50 países, dijo que Bachelet insistió en la liberación de los presos políticos y se interesó por todas las violaciones de los derechos humanos atribuidas al régimen de Maduro.
Solo faltaba cerrar las 48 horas vertiginosas, de máxima expectación, acudiendo al Palacio de Miraflores para entrevistarse con Nicolás Maduro. El chavismo, sabedor de las múltiples críticas internacionales contra la vulneración de los derechos humanos, buscó desde el primer momento alguna mención de las sanciones de Estados Unidos para mitigar el efecto de la visita. "El manejo de la mentira como si fuera verdad", como destacó la CEV tras su encuentro con Bachelet.
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