Crisis y protestas sociales en América latina. Bolivia: linchan y queman a un alcalde
Acusado de corrupción, fue atado a un poste de luz y prendido fuego por pobladores enardecidos
LA PAZ.- Acusado de cometer actos de corrupción, el alcalde del poblado aymara de Ayo Ayo, en el altiplano boliviano, fue linchado ayer por una turba que lo golpeó con palos y piedras y prendió fuego su cadáver, en otro violento acto de justicia por mano propia que reflejó el clima de convulsión que se vive en una vasta zona de los Andes de Bolivia y Perú.
Durante la madrugada, una turba de campesinos enardecidos arrastraron al alcalde Benjamín Altamirano hasta la plaza de Ayo Ayo, donde lo golpearon y, luego de atarlo a un poste de luz, quemaron su cuerpo.
La policía encontró ayer el cadáver totalmente carbonizado de Altamirano, que había sido secuestrado anteayer en el centro de La Paz por supuestos enemigos políticos. Se presume que sus captores lo trasladaron a Ayo Ayo, una localidad ubicada unos 80 kilómetros al sur de La Paz y poblada mayoritariamente por indígenas aymaras, para asesinarlo luego de que éste se negara a renunciar, pese a los cargos de corrupción que se le formulaban.
Los primeros informes policiales señalan que Altamirano fue asesinado en un acto de "justicia comunitaria" luego de haber sido acusado de "corrupción y mal manejo de fondos municipales" por concejales de Ayo Ayo.
El prefecto (gobernador) del departamento de La Paz, Nicolás Quenta, dijo que "estos actos criminales no pueden quedar impunes" y afirmó que la casa del alcalde también había sido incendiada.
Altamirano, de 45 años y miembro de la populista de derecha Nueva Fuerza Republicana (NFR), había llegado anteayer a la capital boliviana para comparecer ante un tribunal que declaró procedente un recurso de amparo constitucional presentado contra sus detractores, entre ellos, Samuel Saturnino Apaza, principal sospechoso del asesinato. Un vocero policial confirmó que las primeras pesquisas en Ayo Ayo dejaron como resultado la detención de Apaza.
El gobierno de Carlos Mesa se mostró ayer "consternado" por la espiral de violencia y prometió que se juzgará a los responsables.
Policías y fiscales que viajaron hasta el lugar de los hechos para iniciar la investigación fueron hostigados por los pobladores de esta localidad, unos 50 km al oeste de la frontera con Perú.
Cerca de allí, en el poblado peruano de Ilave, una espiral de violencia muy similar había provocado el linchamiento del alcalde Cirilo Robles por pobladores de origen aymara de esa localidad. Al igual que ocurre en Bolivia, el gobierno de Alejandro Toledo enfrenta una serie de demandas sociales que desataron violentas protestas en distintos puntos del país.
En Ayo Ayo, como en muchas localidades del altiplano andino, no existen puestos policiales y es frecuente la aplicación de la llamada "justicia comunitaria", cuya pena máxima es la de muerte, que se aplica en forma pública.
Un grupo de pobladores aymaras, varios en estado de ebriedad, intimaron a los periodistas que llegaron ayer hasta ese poblado a que apagaran las cámaras. Portando palos y piedras, iniciaron una persecución de éstos y de miembros de la fuerza pública, narró en medio de sollozos una cronista de la red privada de televisión Unitel. Un periodista del Canal 7 (estatal) resultó herido en la cabeza después de que los exaltados pobladores lanzaran piedras.
Bloqueos y demandas
El linchamiento es una tradición en la cultura penal aymara y quechua, 2 de las 37 naciones originarias que habitan en este país andino de población mayoritariamente indígena.
En el curso de los últimos tres años, poblaciones aymaras y quechuas en el andino y subandino bolivianos han dado muerte así a una docena de ladrones sin darles juicio sumario.
El asesinato de Altamirano coincidió con el bloqueo de varios caminos en la región, para apoyar una serie de demandas sociales al gobierno de Mesa.
Tras el fracaso de la huelga general e indefinida convocada por la Central Obrera Boliviana (COB), los campesinos han asumido la vanguardia en las protestas en las que exigen reivindicaciones sociales al gobierno y la nacionalización de los recursos energéticos del país.
Pese a todo, el viceministro del Interior, Saúl Lara, dijo ayer que en general la situación tiende a mejorar.
Agencias ANSA, AFP y Reuters
Marchas y paros en Perú
- LIMA (ANSA).- El gobierno del presidente peruano, Alejandro Toledo, enfrentó ayer nuevas protestas de la comunidad aymara en el departamento de Puno y un paro de 48 horas de los agricultores del departamento de San Martín, en el nordeste peruano. Los aymaras rompieron el diálogo con el gobierno de Toledo después que sus demandas, entre ellas la renuncia del presidente y la convocatoria a elecciones generales, no fueran satisfechas. El jefe de asesores del Ministerio del Interior, Juan Sheput, advirtió que el gobierno no puede atender a "demandas políticas inaceptables".
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