Cae tras las rejas el arquitecto del impeachment a Dilma
El ex presidente de Diputados Eduardo Cunha fue detenido en el marco de la corrupción en Petrobras; fue el principal instigador del juicio político
RÍO DE JANEIRO.- Otro peso pesado de la política brasileña quedó tras las rejas por el petrolão. El influyente ex presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, principal instigador del proceso de impeachment a Dilma Rousseff, fue ayer arrestado en Brasilia como parte del gigantesco escándalo de corrupción de Petrobras, en una acción que podría tener un fuerte impacto sobre el gobierno del actual presidente Michel Temer.
Cunha, un calculador político evangélico y carioca de 58 años, miembro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), igual que Temer, era archienemigo de Partido de los Trabajadores (PT) de Dilma, y en su calidad de presidente de Diputados el año pasado aceptó las denuncias contra la ex mandataria por manipulación de las cuentas fiscales. Sin embargo, cayó en desgracia poco después, cuando se reveló que tenía ocultos en Suiza unos cinco millones de dólares, presuntamente provenientes de sobornos del petrolão. Frente a su feroz resistencia a las acusaciones, el Supremo Tribunal Federal intervino en mayo último y lo apartó del cargo. Luego, el mes pasado, el Consejo de Ética de la misma Cámara decidió destituirlo como diputado y, ya sin fueros, quedó expuesto a la justicia.
"Cunha se habría involucrado en la práctica habitual y profesional de crímenes. El ex legislador es aún considerado por algunos como una persona que se vale con frecuencia de métodos de intimidación", resaltó en su orden de detención el juez federal Sergio Moro, que desde Curitiba lleva adelante el caso del megaesquema de coimas de Petrobras, también llamado operación Lava Jato.
Moro fundamentó su decisión de decretar la prisión preventiva del llamado "Frank Underwood brasileño" (en alusión al maquiavélico protagonista de la serie House of Cards) porque existía la posibilidad de que buscara extorsionar e intimidar a testigos para obstruir las investigaciones sobre él por los cargos de corrupción, lavado de dinero, falsificación de documentos y abuso de poder, o que intentara fugarse.
El magistrado impuso un congelamiento de sus bienes por seis millones de dólares y señaló que permanece oculto un patrimonio de aproximadamente 13 millones de dólares, supuestamente escondido en cuentas suizas a nombre de familiares.
La detención de Cunha produjo fuertes cimbronazos en Brasilia, donde la Cámara de Diputados suspendió sus sesiones.
Cuando fue destituido de ésta, el otrora hombre fuerte del Congreso advirtió que si era arrestado podría atenerse a un acuerdo de delación premiada con la justicia, para inculpar a otros políticos a cambio de una pena menor contra él o para mantener al margen a su esposa e hija, como ha sucedido con tantos otros arrepentidos.
Ayer, sin embargo, calificó la decisión judicial de "absurda y sin motivaciones", y prometió que sus abogados lo sacarán de la cárcel.
En el Palacio del Planalto, las instrucciones fueron mantener silencio sobre el tema hasta que vuelva a Brasil Temer, de visita oficial en Japón.
Poco antes de que se hiciera pública la noticia del arresto de Cunha, el mandatario ya había informado que adelantaría unas horas su regreso al país, esperado para mañana por la tarde.
No obstante el silencio que primó entre los miembros del PMDB -muchos de los cuales podrían verse salpicados por acusaciones de Cunha-, el secretario de prensa presidencial, Marcio Freitas, afirmó que en la administración Temer no hay nerviosismo por la actitud que pueda tomar el ex presidente de Diputados.
"El gobierno tiene cero preocupación en cuanto a una eventual delación. El Planalto no interfiere en la Lava Jato y la prisión de Cunha es una acción de la justicia, un poder independiente", subrayó Freitas al reiterar la postura oficial del propio Temer, quien ya perdió cuatro ministros por hacer declaraciones a favor de controlar las investigaciones del petrolão.
La gran incógnita es si Cunha posee información para incriminar al propio jefe del Estado, que le quitó el apoyo a su correligionario cuando asumió el poder tras la destitución de Dilma, el 31 de agosto último.
Por lo pronto, el arresto de Cunha lleva a suponer que la justicia no se detendrá ante otros pesos pesados intocables, como el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, ya procesado en tres causas por corrupción y lavado de dinero, obstrucción de la justicia y tráfico de influencias, todo en el marco del petrolão.
Más leídas de El Mundo
"El gran problema". Cómo se convirtió Madrid en la "Miami de Europa" y cómo afecta a quienes viven allí
"Pocos motivos para el optimismo". El país "con suerte" que tras décadas de prosperidad quedó en una posición incómoda
"Asesino terrorista". Crisis con Colombia: qué se sabe del pasado guerrillero de Gustavo Petro al que se refirió Milei