Cameron advierte a los escoceses que no habrá vuelta atrás
En una nueva visita a Escocia, el premier británico dijo que el triunfo del sí supondría un "divorcio muy doloroso"
EDIMBURGO.- En la recta final de la campaña para el referéndum separatista de pasado mañana, el primer ministro británico, David Cameron, quemó las naves en Escocia y advirtió, de manera solemne y un tanto desesperada, que una victoria de los partidarios de la independencia supondría el fin del Reino Unido y no tendría marcha atrás.
Al igual que la semana pasada, cuando Cameron visitó Escocia acompañado de su vice, el liberal demócrata Nick Clegg, y el líder de la oposición laborista, Ed Miliband, ayer el premier británico apeló a la unidad de Reino Unido y alertó sobre los riesgos que entrañaría para Escocia una secesión irreversible.
"Esta semana Reino Unido podría cambiar para siempre. Podría significar el fin de Reino Unido como lo conocemos hoy. El jueves, Escocia vota y el futuro de nuestro país está en juego", afirmó el líder conservador. Y agregó: "Debemos ser muy claros: no hay vuelta atrás. No habrá nuevas oportunidades. Esta decisión puede romper nuestra familia de naciones y desgarrar Escocia para siempre del resto de Reino Unido. El viernes, la gente podría levantarse viviendo en un país diferente, ocupar un lugar distinto en el mundo y con otro futuro por delante".
Cameron pronunció en Aberdeen, la capital petrolera de Escocia, un discurso de tono vehemente en el que prometió mayores poderes para el Parlamento autónomo escocés si gana el no. El gobierno conservador y la oposición laborista han ofrecido a Edimburgo un plan para ampliar su autonomía en 2015 si gana el no en el referéndum. Londres se ha comprometido a ceder competencias a Escocia en materia fiscal y en la política de prestaciones sociales, entre otras concesiones.
El premier británico volvió a alertar que la independencia significaría renunciar al actual sistema de pensiones, la libra esterlina, el ejército y el pasaporte británico. Cameron no ha sido el único que en los últimos días ha lanzado advertencias sobre las consecuencias "negativas" que tendría un triunfo del sí. La semana pasada, importantes grupos financieros, como Royal Bank of Scotland o Lloyds Banking Group, anunciaron que mudarían sus oficinas centrales a Inglaterra en caso de una victoria del independentismo.
Ayer, la OTAN también jugó a favor de los partidarios de la unidad. El secretario general de la organización, Anders Fogh Rasmussen, dijo que una Escocia independiente de Reino Unido tendría que enviar una nueva solicitud de ingreso si quiere volver a formar parte de la Alianza Atlántica, y después, esperar un acuerdo unánime de los países aliados para su aceptación. "El nuevo Estado, como todo país que desea convertirse en miembro de la OTAN, tendría que solicitar su entrada en la organización exactamente de la misma manera que los otros países", indicó Rasmussen en una conferencia de prensa celebrada en Bruselas.
La avalancha de declaraciones sobre los riesgos de un triunfo del separatismo llevó ayer al líder nacionalista escocés, Alex Salmond, a acusar a Cameron de crear alarmismo entre los electores: "Cuando vuelva a Escocia, no lo hará para bombardearnos con su amor ni para crear desesperadamente alarmismo en el último minuto. Tras la victoria del sí, [Cameron] vendrá para iniciar conversaciones sobre la independencia", declaró. Salmond, que ayer se reunió con dirigentes empresariales escoceses, aseguró que el gobierno conservador está detrás de los comunicados de los bancos y empresas en contra de la separación y acusó a la cadena pública BBC de ofrecer una información sesgada sobre la campaña.
"Es de sentido común que una Escocia independiente sería próspera; es una tierra con grandes recursos naturales y grandes recursos humanos. Creo que es un sinsentido pensar que la tierra que produjo a Adam Smith sea incapaz de gestionar su propia economía", agregó Salmond.
Los últimos sondeos divulgados muestran una ligera ventaja del no. El denominado "sondeo de sondeos", que incorpora los resultados de las seis últimas encuestas, elaboradas entre el 9 y el 12 de este mes, concluyó que el no ganaría por un estrecho margen: el 51% frente al 49% del sí.
Por su parte, el ex ministro laborista Alistair Darling, jefe de la campaña por el sí "Mejor juntos", dijo que sería lógico un resultado ajustado. "Se trata de la decisión más importante que tomará el país. Si se vota la separación de Reino Unido, será irreversible. No es como una elección general, donde se puede cambiar de parecer si las cosas no van como uno quería", indicó.
Del editor: por qué es importante
Agencias AFP, EFE, ANSA y Reuters