Capriles mostró su fuerza con una multitudinaria convocatoria
El líder opositor inscribió su candidatura presidencial; hoy, contramarcha del chavismo
CARACAS.– Las cartas electorales de la oposición venezolana están sobre la mesa desde ayer. Y, por primera vez en 13 años y medio de revolución, las de la oposición son muy poderosas. "El 7 de octubre vamos a decidir no entre dos hombres, sino entre dos opciones de vida: un presente estancado y un futuro de progreso", retó Henrique Capriles a su rival, el presidente Hugo Chávez, ante una multitud de seguidores que lo acompañó en 10 kilómetros de caminata por las calles de Caracas.
La primera parte del duelo electoral fue un éxito para la oposición, que recordó concentraciones históricas de hace años y que apoyó sin fisuras a su candidato.
El único líder opositor que fue inscripto por 33 organizaciones, desde la derecha hasta la izquierda, en el Consejo Nacional Electoral (CNE). Y una fiesta democrática en la que participó "más de un millón de personas, más de un millón de corazones. Nunca olvidaré este compromiso", se ufanó Capriles.
Un "río de gente" que realmente parecía un mar, cuyo número, cientos de miles, fue imposible de evaluar en una marcha que ocupaba varias avenidas. En un sondeo realizado por un portal informativo opositor, se calculó la presencia de entre 950.00 y 1.100.000 personas. "En las calles de Caracas hoy se dio la verdadera encuesta. ¡Vamos rumbo a la victoria!", resumió Antonio Ledezma, alcalde mayor de la capital.
"No hay mejor encuesta que una ciudad repleta de gente", añadió el escritor Leonardo Padrón.
Mientras los opositores tomaban pacíficamente la calle, la televisión pública del chavismo emitía imágenes aéreas de los extremos de la marcha, buscando el poco asfalto que quedaba libre, en un intento de manipular la cifra real de asistentes.
Más allá de la pelea mediática, Capriles no esperó un minuto para retar a Chávez. Y la pulseada que le propone es doble. Por una parte, la presencia en la calle. La oposición ha mostrado sus armas, pero el oficialismo prepara para hoy, aprovechando la inscripción de su líder como candidato, una contramarcha para exhibir su músculo popular.
Pero es en la segunda parte de esa pulseada, aquella que va a medir hoy con lupa la salud de Chávez, donde Capriles quiso abrumar a su adversario. Ayer el ex gobernador de Miranda corrió, saltó, gritó y caminó veloz ataviado con la camiseta de la vinotinto, la selección venezolana de fútbol. Y no dudó en bautizar su opción electoral "la candidatura de la vida, el futuro y el progreso".
Sin confrontación
Desprovisto del discurso populista invencible de Chávez, Capriles evitó nombrar al "otro candidato". Tampoco lo confrontó ("no soy enemigo de nadie, soy enemigo de la violencia"), pero sí criticó su acción de gobierno. Incluso le disputó el espacio místico ("después de Dios están ustedes") y el metafísico ("mi vida es el pueblo" frente al "Chávez se hizo pueblo").
"Vamos a unir Venezuela cueste lo que cueste", profundizó Capriles, empeñado en distanciarse tanto de los radicales opositores como del oficialismo más agresivo.
"No hay dos Venezuelas amigos, hay una sola y es ésta", insistió. "Hoy sólo queda un sector que quiere que sigamos peleando. Mientras el otro piensa que la suerte del país depende de él, nosotros pensamos que el futuro depende de los 28 millones de habitantes de Venezuela", remarcó.
Continuando con la estrategia exhibida durante sus recorridos casa por casa, Capriles intentó seducir a los desengañados de la revolución. "Voy a ser también el presidente de los rojos", prometió. Aprovechando la presencia de damnificados de las inundaciones de 2010 en un edificio de la plaza Caracas, el candidato opositor se comprometió a entregarles una vivienda.
El oficialismo no sólo se dedicó ayer a emitir imágenes manipuladas de lo que acontecía en Caracas. También prosiguió su campaña feroz contra el candidato rival, al que hasta hace muy pocas horas todavía denominaba "premajunche" (mediocre al que no consideraba candidato).
El ejército chavista en las redes sociales intentó posicionar distintas tendencias en Twitter, como #PenaAjena, sin mucho éxito. "¿Capriles no es buen orador?", se preguntaba Ibsen Martínez, el principal heredero de Uslar Pietri. "Tal vez, pero convengamos en que de palabras y arengas estamos hasta los epiplones", escribió en la misma red social.
Al final se impuso una frase de moda en estos días, tras un polémico documental protagonizado por unos jóvenes universitarios: #MeQuedaríaDemasiadoConCapriles.
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