China toma la decisión de quedarse al margen
PEKÍN(REUTERS)- La profundización del conflicto sirio dejó al descubierto la incómoda verdad detrás de la política de no injerencia tan apreciada por el gobierno chino: aunque quisiera, Pekín no podría hacer mucho para influir en los acontecimientos.
Con fuerzas militares débiles y poco probadas, sin capacidad de proyectar poder alguno sobre Medio Oriente, China se ve relegada a un papel menor en una región que es crucial para su seguridad energética. Mientras Estados Unidos y sus aliados se preparan para un probable ataque militar sobre Siria, alimentando el temor de una conflagración regional, China se mantiene firmemente al margen, a pesar de tener mucho más que perder que otras superpotencias.
Medio Oriente es la fuente más grande de crudo para China. Sin ella, la segunda economía del mundo se detendría sin más. Durante los siete primeros meses de este año, China importó desde esa región alrededor de 91,49 millones de toneladas de crudo, la mitad del total, y sus principales abastecedores fueron Arabia Saudita, Irán, Irak, Omán y los Emiratos Árabes Unidos.
En Siria, China tiene menos intereses económicos, pero de todos modos está obligada diplomática y estratégicamente a asegurar la estabilidad de la región y a proteger esa vital fuente energética.
"No podemos permitirnos pensar que los problemas de Siria e Irán no tienen nada que ver con nosotros", con tanto petróleo en juego, dijo el año pasado a la prensa el general retirado Lou Yuan, uno de los militares chinos más abiertos.
China insiste en que ni apoya ni protege al presidente sirio, Bashar al-Assad, y dice que sólo vetó las resoluciones de la ONU que empeorarían la crisis. Pekín también recibió tanto a funcionarios del gobierno sirio como de la oposición rebelde, en un intento de llegar a una salida política, aunque con magros resultados.
Aunque el gobierno estuviese dispuesto a ir contra su principio de no interferir en los asuntos internos de otros países, el Ejército Popular de Liberación apenas es capaz de mantener una presencia testimonial en territorios lejos de China.
"Por el momento, el Ejército Popular de Liberación no tiene los medios y los recursos para involucrarse más activamente y hacer cosas como las que tienen planeado hacer Estados Unidos y sus aliados", dijo Ross Babbage, un analista militar de Canberra y ex funcionario de alto rango del Ministerio de Defensa australiano.
A pesar de su rápido crecimiento en tecnología de aviones invisibles y del botamiento de su primer portaaviones, las fuerzas militares chinas no han sido probadas. La última guerra que libró ese país fue contra Vietnam en 1979, y a los chinos, muy mal preparados para el conflicto, no les fue nada bien.
"China no tiene manera de usar la fuerza militar para proteger sus intereses en Medio Oriente. La mejor manera de protegerlos sería diversificar sus importaciones de petróleo, comprarles más a Rusia o a otras partes del mundo", dijo Yan Gang, experto en políticas de China hacia Medio Oriente de la Academia de Ciencias Sociales de China.
Ben Blanchard
Más leídas de El Mundo
Crimen organizado. Se fugó el "delincuente más peligroso de Holanda", que amenazó de muerte a la hija de Máxima
Los motivos. Cierra en Finlandia el último museo dedicado a Lenin 78 años después: “No queremos ser rehenes del pasado”
Por primera vez en 70 años. La escudería Ferrari abandona su clásico rojo en el Gran Premio de Miami