Con bajas en los índices de contagio, Nueva York despide sus postales de guerra
NUEVA YORK.- Escenas de la nueva vida cotidiana en Nueva York empiezan a desaparecer. Con una tendencia sostenida hacia la baja de casos y víctimas fatales de coronavirus , el punto más afectado por la pandemia en Estados Unidos avanza con el proceso de desarme de postales del horror.
El hospital de campaña en el Central Park, una imagen que llevó a la Gran Manzana a escenas propias de una guerra, comenzó su proceso de desconstrucción. Pese a que a diario los casos confirmados de Covid-19 son un promedio de 2 mil, la capacidad hospitalaria de la ciudad bajó a casi un 70 por ciento, y llevó a que la situación entre dentro de los parámetros manejables.
En los alrededores de la Quinta Avenida y la calle 96, trabajadores del hospital Mount Sinai hacen fila para retirar su almuerzo gratuito en el foodtruck de Neapolitan Express. Aprovechan para sentir el sol que el encierro les roba sobre sus rostros, aunque sea unos minutos al día. Allí, una mujer que trabaja en el sector de cuidados paliativos de pacientes habló con LA NACION. "Los números por fin han bajado y eso se está empezando a sentir", dijo con alivio, pero remarcó: "Es muy importante ahora no darnos por vencidos y continuar con las medidas restrictivas".
El pico de casos ya pasó. Por ahora, los índices muestran una tendencia hacia la baja sostenida, pero resta saber si la desaceleración será tan rápida como fue la subida. En el mítico Central Park, se ven trabajadores desmontando ese hospital de campaña ubicado a metros del Mount Sinai. Más de 300 pacientes fueron atendidos allí en las semanas pasadas, y los últimos ocho enfermos han sido trasladados al hospital del coqueto Upper East Side para lo que se espera sea su pronta recuperación.
Las proyecciones originales mostraban que, sin ningún tipo de esfuerzo por mitigar esta pandemia, un total de 120 mil personas en el estado de Nueva York podrían acabar internados por culpa del coronavirus. Según el gobernador Andrew Cuomo, la orden de cerrar el estado y la aplicación de medidas como el distanciamiento social cambiaron la realidad. "Cien mil neoyorquinos menos fueron al hospital", remarcó el mandatario estatal, quien señaló que 20 mil personas fueron las que terminaron con la necesidad de asistencia médica.
El barco hospitalario USNS Comfort, una insignia que retrotrajo al presente el fatídico atentado a las Torres Gemelas, se despidió del puerto de la Gran Manzana después de atender a 182 pacientes Covid-19 positivos. En un escenario de calma después de la tempestad, Cuomo dio el buen visto al presidente Donald Trump para que el navío retornara a su base en Virginia y así pudiera continuar con misiones en sitios que tengan urgencias.
Javits Center, el centro de convenciones que se transformó en un gigantesco hospital transitorio administrado por la armada estadounidense también dijo adiós. Con una capacidad de hasta 2500 camas para brindar asistencia sanitaria, el proyecto anunció su cierre hace dos días. Según fuentes locales, la masiva obra cuyo objetivo estuvo en descomprimir la presión del sistema sanitario neoyorquino sirvió para atender a un total aproximado de mil pacientes.
En medio de una ovación generalizada de decenas de trabajadores de la salud y oficiales militares, el paciente 1095 abandonó Javits Center en una emocionante ceremonia que significó el cierre definitivo del lugar como hospital transitorio.
Otra media decena de hospitales transitorios que estaban programados para ser puestos en marcha en distintos distritos de la Gran Manzana y demás sectores del estado de Nueva York han sido puestos en pausa. Las medidas restrictivas han dado un resultado positivo, pero ante el temor de un rebrote, no serán descartados por tratarse de espacios que servirían de contención si la situación volviese a agravarse.
Temor al efecto boomerang
En vistas de lo que podría llegar a ser un segundo brote de coronavirus durante el otoño boreal -meses de septiembre y octubre en el hemisferio norte-, el estado de Nueva York se prepara. En conjunto con otros seis estados del noreste del país, las autoridades han decidido formar un consorcio para destinar 5 mil millones de dólares a la compra de equipamiento médico y suministros sanitarios.
El acuerdo incluye a los estados de Nueva Jersey, Connecticut, Rhode Island, Delaware, Massachussetts y Pennsylvania, áreas del país que han sido altamente afectadas por el virus respiratorio, donde -en conjunto- los casos superan un total de 625 mil infectados y 43 mil muertes.
Los gobernadores han remarcado que la meta es prevenir que los estados compitan entre ellos mismos en la compra de elementos que resultan de alta necesidad, algo que sí ocurrió en las últimas semanas donde la desesperación generalizada era reina.
Sin dejar casi nada librado al azar, Cuomo anunció que el plan de reapertura del estado será un proceso guiado y basado por datos. La crisis económica que ha dejado el coronavirus se vuelve insostenible: sólo en el estado de Nueva York, 370 mil personas han aplicado al seguro de desempleo. Los pequeños comercios ruegan poder volver abrir sus puertas, pero todavía no hay indicios claros de que eso esté cerca de suceder.
"Debemos ser inteligentes. Si abrís muy pronto podés sufrir el efecto boomerang", sostuvo Cuomo, quien ha destacado que la reapertura se dará de manera paulatina, por región y que las industrias que arrancarán nuevamente son aquellas que tengan menores chances de contagio, como la construcción.
Las autoridades continúan por incentivar a los vecinos a no dejar de usar máscaras y seguir respetando el distanciamiento social. "¿Quieren honrar a los trabajadores de la salud y a la gente que ha dado hasta sus vidas por ustedes? Actúen con responsabilidad", enfatizó Cuomo.
Mientras Nueva York muestra una tendencia contenida del coronavirus y anticipa una extensión de sus políticas de confinamiento, otros sectores del país -sobre todo marcados por gobiernos republicanos- ya han abierto sus territorios. En Estados Unidos, el país que ya tiene más de 1.2 millón de infectados, en promedio mueren tres mil personas cada 24 horas.
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