Con gritos e insultos, empezó el polémico juicio político a Dilma
El PT intentó descarrilar el proceso; Temer quiere que se vote el martes; Lula habló de una "vergüenza nacional"
BRASILIA.- La temperatura subió de repente dentro del Congreso brasileño. En medio de un tenso debate salpicado por estallidos de acusaciones e insultos, el Senado comenzó ayer la etapa final del juicio político a la suspendida presidenta Dilma Rousseff por manipulación de la cuentas fiscales, en una primera sesión de audiencia con testigos que estuvo marcada por intentos del Partido de los Trabajadores (PT) por descarrilar el proceso.
"¿Qué moral tiene este Senado para juzgar a la presidenta de la república?", espetó por la mañana la senadora petista Gleisi Hoffmann a sus compañeros, en referencia al hecho de que de los 81 senadores, 24 están acusados o son sospechosos de prácticas criminales como corrupción, lavado de dinero, asociación ilícita, estafa o delitos electorales. Hoffmann omitió destacar que ella misma fue denunciada por la Fiscalía General de la República de haberse beneficiado del esquema de corrupción en Petrobras.
El cuestionamiento de la senadora petista despertó la ira de los otros legisladores y la sala explotó en cruces de ofensas políticas y agravios personales. Tanto que el presidente del Supremo Tribunal Federal (STF), Ricardo Lewandowski, encargado por la Constitución de encabezar esta última fase del proceso, debió declarar un receso no contemplado originalmente.
En el intervalo, los senadores petistas denunciaron que el presidente en funciones, Michel Temer, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), había cenado la noche anterior con el presidente del Senado, el también pemedebista Renan Calheiros, y ambos habrían acordado celebrar la votación que definirá el futuro de Dilma el próximo martes, para que el mandatario interino pueda viajar a la cumbre del G-20 en China. En un intento por despejar sospechas, Lewandowski aclaró repetidas veces que "este juicio tiene fecha de inicio pero no de fin".
Para que Dilma, suspendida de sus funciones en mayo, sea destituida, se requerirá el voto de dos tercios del Senado, es decir 54 de sus miembros. En ese caso, quedaría además inhabilitada para ocupar otro cargo electivo por ocho años, como sucedió con Fernando Collor de Mello tras su impeachment por corrupción en 1992.
Pese a que los senadores del PT buscaron ayer implantar todo tipo de cuestiones de orden, el proceso siguió adelante y ya por la tarde se inició la audiencia para escuchar al primero de los dos testigos presentados por la parte acusatoria, el fiscal del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) Julio Marcelo de Oliveira.
La defensa de Dilma, a cargo de su ex ministro de Justicia José Eduardo Cardozo, que por su parte convocó a otros seis testigos, objetó de inmediato a De Oliveira por parcialidad, ya que el año pasado participó de un acto público que defendía el rechazo de las cuentas presentadas por la gestión de Dilma. En un claro revés para los acusadores, Lewandowski aceptó la objeción pero decidió escucharlo de todas maneras en calidad de informante, lo que le confiere menos peso jurídico a su testimonio.
El fiscal señaló que durante 2014 y 2015 Dilma maquilló las cuentas públicas para esconder el déficit, y como consecuencia el país cayó en una pendiente económica que acabó en la peor recesión en un siglo.
"Fue un gran plan de fraude fiscal, que contó con la omisión de registro de deudas, el fraude a decretos de contingencia y la utilización de los bancos públicos como fuente de financiamiento, algo prohibido por la Ley de Responsabilidad Fiscal", detalló De Oliveira mientras afuera del Congreso un pequeño grupo de manifestantes protestaban contra la "farsa del impeachment de los golpistas".
Por su parte, en un acto en Niteroi, el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, padrino político de Dilma, también condenó el juicio político a su sucesora. "Hoy comienza la semana de la vergüenza nacional, con el intento de impeachment a Dilma", dijo, mientras que el líder de la bancada petista en el Senado, Humberto Costa, señaló a LA NACION que espera que Lula acompañe el próximo lunes a Dilma a su comparecencia en el recinto de la Cámara alta, la primera vez que ella misma aparecerá frente a sus acusadores.
Cuatro hechos que llevaron a Dilma al abismo
Economía en rojo
La mayor economía de América latina está en recesión con un cóctel que combina alza de la inflación y del desempleo con un profundo deterioro de las cuentas públicas. La actividad se contrae 3,8% en 2015 y la popularidad de Dilma se derrumba
"¡Fuera Dilma!"
Desde marzo de 2015, cinco meses después de su reelección, opositores convocaron varias protestas contra Dilma y la corrupción. El 13 de marzo de este año unos tres millones de manifestantes salieron a las calles de todo el país al grito de "¡Fuera Dilma!"
Cada vez más sola
La crisis gana fuerza a inicios de este año, cuando la dirección del PMDB, el mayor partido de Brasil y aliado clave en el poder, aprueba la ruptura con el gobierno de Dilma. La decisión genera una reacción en cadena de otras fuerzas aliadas
Lula ministro
Dilma nombra a Lula jefe de gabinete el 16 de marzo. Horas después, el juez que investiga el escándalo Petrobras libera la grabación de una conversación entre Rousseff y Lula considerada por la oposición y juristas prueba de que la designación buscaba librarlo de la justicia ordinaria. Se desatan protestas y un juez suspende su nombramiento
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