Con vistas a una cumbre con Trump, Kim viajó a China para fortalecer su alianza
El dictador busca que Pekín interceda ante Washington para que alivie las sanciones por su programa nuclear
PEKÍN.- Con la mirada puesta en Washington, más que en Pekín, el líder norcoreano Kim Jong-un llegó ayer a la capital china para acordar una estrategia con el presidente Xi Jinping frente a una eventual nueva cumbre con el jefe de la Casa Blanca, Donald Trump.
Tras su llegada, Kim se reunió con Xi durante una hora, indicó la agencia surcoreana Yonhap, sin identificar a sus fuentes. Según estas, la reunión se centró en una posible segunda cumbre entre el dirigente norcoreano y el presidente norteamericano.
Acompañado por varios funcionarios, Kim había partido anteayer desde la estación de Pyongyang a bordo de su tren especial, según la agencia de prensa oficial norcoreana KCNA. Es sabido que Kim es reacio a viajar en avión. Ayer al mediodía llegó a la estación de Pekín.
Por la noche, Kim y su esposa, Ri Sol-ju, fueron recibidos en una cena por la pareja presidencial china, según Yonhap.
El gobierno chino es un actor clave en el dossier sensible de los programas nuclear y balístico de Corea del Norte, pues el gigante asiático es su principal aliado diplomático y comercial. En este momento, las negociaciones entre Pyongyang y Washington sobre el arsenal atómico norcoreano están estancadas desde la cumbre histórica de junio entre Kim y Trump en Singapur.
Estados Unidos opta por mantener las sanciones hasta que Corea del Norte renuncie a las armas nucleares, mientras que Pyongyang reclama un levantamiento inmediato.
La composición de la delegación norcoreana, en la que figura Kim Yong Chol, el interlocutor del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, para las negociaciones, permite pensar "que el aligeramiento de las sanciones" es uno de los temas tratados.
Aunque tanto China como Rusia consideran que la ONU debería plantearse levantar esas sanciones. Trump afirmó el domingo que estas seguirían vigentes hasta que no hubiera resultados "muy positivos" sobre la desnuclearización.
También dijo que se estaba negociando el lugar del próximo encuentro con Kim, aunque evitó mencionar eventuales fechas.
Esta cuarta visita de Kim a China se produce una semana después de que advirtiera a Estados Unidos, en su discurso de Año Nuevo, que su país podría "no tener otra opción más que explorar una nueva vía para defender su soberanía y sus intereses" si Washington no cambia de rumbo.
Ahora, con su viaje a China, Kim "quiere recordar a la administración Trump que hay posibilidades diplomáticas y económicas más allá de las que puedan proponer Washington y Seúl", consideró Harry Kazianis, del Centro para el Interés Nacional, un círculo de reflexión en Washington.
Estados Unidos tiene motivos para "preocuparse" ante el interés de Corea del Norte en reforzar sus vínculos con China porque casi todos los intercambios comerciales norcoreanos pasan por Pekín, añade. Una mejora de las relaciones con el gigante chino debilita la estrategia estadounidense de "presión máxima".
Por otra parte, actualmente hay negociadores estadounidenses en Pekín para abordar la guerra comercial entre las dos principales economías mundiales. Por lo que desde el punto de vista chino la visita de Kim también cae en el "mejor momento", estima. "Esto demuestra claramente que Pekín puede jugar la carta norcoreana si lo considera oportuno".
La preocupación china por Corea del Norte tiene antecedentes históricos en su alianza con Pyongyang durante la Guerra de Corea (1950-53). Y China sigue siendo hoy el principal apoyo diplomático y económico de los norcoreanos.
Por eso, el régimen comunista teme que una caída de la dictadura nocoreana suponga la huida masiva de refugiados a su territorio y la llegada de tropas estadounidenses a su frontera. No obstante, en los últimos años también alzó el tono contra sus aliados, exasperada por las aspiraciones nucleares de Pyongyang.
La espectacular distensión de los últimos años en la península permitió a Kim la pasada primavera (boreal) poner fin a seis años de aislamiento diplomático e ir a Pekín, su primer viaje al extranjero como líder. Xi no viajó por el momento a Pyongyang.
También hubo tres cumbres entre Kim y el presidente surcoreano, Moon Jae-in. Y Pekín prestó a Kim el avión con el que viajó a Singapur a reunirse con Trump.
En esa ciudad, el dictador norcoreano y el jefe de la Casa Blanca firmaron un compromiso bastante vago sobre la desnuclearización de la península, que desde entonces avanzó poco.
Para Cheong Seong-chang, investigador del instituto Sejong de Seúl, la gira china de Kim es una señal de que pronto podría viajar a Seúl o reunirse de nuevo con Trump. El año pasado, Trump viajó a China antes de reunirse con Kim y Moon, recuerda.
Corea del Sur entabló un diálogo con el Norte y los analistas surcoreanos estiman que las perspectivas de acuerdo mejorarían con garantías chinas.
"Corea del Norte podría sentirse amenazada si renuncia completamente a sus programas nucleares", estima Koh Yu-hwan, profesor de estudios norcoreanos en la Universidad Dongguk.
"Pero si Pekín promete a Pyongyang que le dará ayuda económica y garantizará la seguridad del régimen si abandona sus armas atómicas, el Norte se sentiría más seguro", agrega. Y está claro que China coincide con Estados Unidos en la importancia de desnuclearizar Corea del Norte.
Agencias AFP y AP
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