Conmoción en Italia por una agresión a Berlusconi
ROMA.– Una herida en la boca; dos dientes fracturados, uno más comprometido que el otro; una pequeña fractura del tabique nasal, y una gran pérdida de sangre.
Sin contar el golpe psicológico, ése fue el saldo de la increíble agresión que sufrió ayer en Milán el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, cuya imagen con el rostro ensangrentado causó conmoción en todo el país y dio la vuelta al mundo.
Si bien al principio hubo confusión porque no se entendía si el premier había recibido una trompada o el impacto de un objeto, finalmente se reveló que Berlusconi, que deberá estar internado en observación hasta hoy, sufrió las dos cosas. Sorteando increíblemente su seguridad, un hombre le pegó un golpe en la cara mientras tenía en la mano, como si se tratara de una piedra, una pequeña reproducción de la catedral de Milán, uno de esos souvenirs que se venden en puestos callejeros a los turistas.
Identificado posteriormente como Massimo Tartaglia, el agresor fue detenido por la policía, que evitó su linchamiento. El sujeto, que no es un activista político y que tampoco tiene antecedentes penales, al parecer sufre problemas mentales y está bajo tratamiento médico desde hace diez años.
La agresión, condenada unánimemente por el mundo político y que refleja a las claras el momento de gran tensión que atraviesa el país, ocurrió a las 18.20, al finalizar un acto que el mismo Berlusconi, famoso "showman", había protagonizado en la céntrica Piazza del Duomo de Milán para lanzar oficialmente las inscripciones en el Partido del Pueblo de la Libertad (PDL), su criatura política.
Durante el mitin, una vez más el premier, de 73 años, había atacado a los jueces y a la izquierda, y hasta había tenido un altercado. Durante su discurso, de hecho, Berlusconi fue interrumpido varias veces por los gritos de protesta de algunos opositores.
En más de una ocasión, la policía se vio obligada a intervenir para poner orden entre partidarios del Cavaliere y sus detractores. "Nosotros nunca haríamos una cosa así, ustedes quieren transformar Italia en un país gritón que insulta y condena. Qué vergüenza, qué vergüenza, qué vergüenza", clamó en ese momento el primer ministro, dirigiéndose a quienes lo criticaban a gritos.
A pesar del tenso clima, al concluir el mitin Berlusconi se detuvo antes de subirse al auto para saludar, muy sonriente, a algunos simpatizantes que le reclamaban que les firmara autógrafos. Entre ellos estaba el agresor.
Tras eludir a los miembros del equipo de seguridad del primer ministro, el sujeto se lanzó al ataque. En medio del caos, al principio no se entendía si le había dado una trompada o si le había lanzado a la cara un objeto.
Incluso se especulaba sobre la posibilidad de que Tartaglia hubiera utilizado unos nudillos de metal para aumentar la potencia de su puñetazo. Sólo más tarde se supo que el hombre le pegó al Cavaliere con un souvenir, una reproducción del Duomo...
En ese momento a Berlusconi se lo vio con el rostro desencajado, sangrando profusamente. "Parecía que se iba a desmayar, pero después se recuperó", dijo Doriano Riparbelli, responsable regional de organización del PDL. "Miró a su agresor a los ojos y, como sus guardaespaldas lo habían subido a su auto, trató de bajarse para hablar con él y preguntarle por los motivos de su gesto. Pero en ese momento sus escoltas se lo impidieron", agregó.
"Estoy bien, estoy bien", dijo Berlusconi al llegar a la guardia del Hospital San Raffaele, siempre en Milán, adonde fue llevado inmediatamente después de la agresión y donde fue sometido a una tomografía computada.
Si bien el Cavaliere , que fue visto con una bolsa de hielo en el rostro, habría querido regresar a su casa, la lujosa residencia de Arcore, los médicos prefirieron retenerlo y dejarlo en observación por 24 horas debido a su edad. Es decir, hasta hoy por la tarde.
El primer parte médico dejó en claro que la agresión fue bastante más fuerte de lo que pareció en un principio.
"Copiosa perdida de sangre con lesiones lacerocontusas internas y externas y dos dientes dañados, de los cuales uno superior resultó fracturado", indicó el informe del hospital, que agregó que serán necesarios por lo menos 15 días para que sanen las heridas del Cavaliere . Además, una radiografía dejó en evidencia una pequeña fractura en el tabique nasal.
Un fuerte golpe
Quienes visitaron al Cavaliere , que en ningún momento perdió el conocimiento, no ocultaron que para él se trató de un fuerte golpe psicológico.
"Está muy conmocionado, hundido y decepcionado", dijo uno de los médicos que lo atendieron. "Lo que pasó responde a una campaña de odio contra mi persona", les habría dicho Berlusconi a sus allegados.
Más allá del mal trago, Berlusconi también habría reiterado que no iba a dejarse impresionar o intimidad por el episodio. "Nadie me va a arrinconar y voy a seguir adelante", habría señalado.
Según contaron amigos y allegados a Berlusconi tras visitarlo en el hospital, el primer ministro consideró un "milagro" no haber sufrido más heridas como consecuencia del ataque.
Así lo hizo saber el director de informativos del canal de televisión Rete Quattro, Emilio Fede, tras visitar al mandatario en el hospital.
Un "milagro"
"Me ha dicho que siente que todo fue un milagro, porque un centímetro más arriba hubiese hecho que perdiera el ojo. Naturalmente, está dolorido, se le han suministrado analgésicos y no creo que se trate de una cosa de sólo 24 horas", indicó Fede en declaraciones a los medios de comunicación italianos.
La agresión al Cavaliere enseguida dio lugar a una catarata de reacciones de unánime condena a lo ocurrido y de gran preocupación por el clima de odio que hizo posible el "gravísimo" acto.
Gianfranco Fini, el mayor aliado conservador de Berlusconi, fue uno de los primeros en denunciar el ataque y dijo: "Este es realmente un mal día para Italia y es el deber de todas las fuerzas políticas asegurar que Italia no vuelva a los años de violencia".
Umberto Bossi, el líder de la Liga Norte, habló de "acto terrorista", en tanto que el presidente Giorgio Napolitano llamó a "prevenir y detener cualquier impulso y espiral de violencia".
El padre Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, condenó la violencia y expresó la "debida solidaridad" a Berlusconi.
La de ayer no fue la primera agresión a Berlusconi. En 2004, un albañil italiano le lanzó un trípode al primer ministro y lo hirió levemente en la cabeza.
Otros casos
- Wen Jiabao. El premier chino fue atacado por un manifestante que le arrojó un zapato y lo acusó de dictador el 2 de febrero pasado, durante una conferencia en la Universidad de Cambridge.
- George W. Bush. El 15 de diciembre de 2008, un periodista iraquí se sacó un zapato y se lo arrojó al ex presidente de Estados Unidos, durante una conferencia de prensa en Bagdad, por considerarlo culpable de la muerte de miles de compatriotas durante la invasión estadounidense que comenzó en 2003.
- Bertrand Delanoë. El alcalde de París fue herido en el estómago con un arma cortante durante un festival nocturno, el 6 de octubre de 2002, y tuvo que se operado.
- Jacques Chirac. Un hombre intentó disparar con un rifle de caza contra el entonces presidente de Francia, durante un desfile militar en conmemoración de la toma de la Bastilla, el 14 de julio de 2002.
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