Conmoción regional por el asesinato del líder histórico de Yemen
Saleh, que fue derrocado durante la "primavera árabe", fue asesinado por sus ex aliados chiitas luego de cambiarse de bando en una guerra civil que se profundiza
SANAA.- Abdullah Saleh, el hombre que gobernó Yemen durante 33 años y fue derrocado en 2012 durante la "primavera árabe", fue asesinado ayer por rebeldes chiitas, sus ex aliados hasta hace pocos días. Tras su muerte, se desvanecen las esperanzas de una resolución de la guerra civil que afecta al país desde hace más de dos años .
Además, amenaza con intensificar las tensiones entre los dos pesos pesados regionales, Arabia Saudita e Irán, que se enfrentan indirectamente en la guerra yemení.
Saleh, de 75 años, murió de un disparo en la cabeza cuando escapaba en un convoy hacia Marib, una ciudad 170 kilómetros al este de Sanaa, la capital de Yemen. Las imágenes que retratan al ex mandatario muerto y con medio cráneo destrozado recuerdan las del asesinato del dictador libio Muammar Khadafy.
Fue un final macabro para una figura que gobernó el país más pobre de la región durante tres décadas y siguió siendo poderoso incluso tras su derrocamiento.
La muerte de Saleh se produjo después de que el ex presidente rompió su alianza con los hutíes, una minoría religiosa chiita, el fin de semana pasado.
Desde marzo de 2015, los hutíes, apoyados por Irán, se enfrentan con las fuerzas del presidente Mansur Hadi y una coalición internacional formada por una decena de países de la región y liderada por Arabia Saudita.
Las hostilidades se desencadenaron poco después de que los hutíes y las fuerzas de Saleh ocuparon por la fuerza Sanaa y dieron un golpe de Estado contra Hadi, cuyo mandato ya había expirado meses antes.
Pero el romance entre los hutíes y Saleh duró poco. Los miembros de esta minoría religiosa acusaron a Saleh de traidor, luego de que el ex presidente se cambió de bando y le ofreció apoyo a Hadi.
Saleh traicionó a su ex aliados después de los enfrentamientos desencadenados entre combatientes de su ejército y los hutíes, que dejaron por lo menos 125 muertos y 238 heridos desde el miércoles pasado, según el Comité Internacional de la Cruz Roja.
Según expertos, la muerte de Saleh, uno de los políticos más adinerados y mejor conectados de la política yemení, profundizará aún más la violencia entre ambas facciones.
Desde anteayer, la coalición árabe que dirige Arabia Saudita bombardea intensamente posiciones hutíes en Sanaa y los alrededores en apoyo de las tropas de Saleh, que perdieron terreno.
Por su parte, el vocero de los hutíes, Mohamed Abdelsalam, declaró la victoria sobre las fuerzas de Saleh y el "fin de la crisis" abierta por el cambio de bando del ex presidente. "Hemos limpiado todas las zonas en las que se habían desplegado las milicias de la traición", indicó en un comunicado publicado en las redes sociales.
Entretanto, la situación de los civiles atrapados en Sanaa sigue deteriorándose. "La noche fue difícil -dijo Robert Mardini, director regional del Comité Internacional de la Cruz Roja, en su cuenta de Twitter-. Masivos combates urbanos con artillería pesada y ataques aéreos. Yemeníes atrapados en sus casas, demasiado asustados para salir. Acceso reducido a agua, atención sanitaria, comida y combustible".
La guerra dejó más de 10.000 civiles muertos y tres millones de desplazados. Además. un bloqueo por tierra, mar y aire ha hundido al país en una profunda crisis humanitaria. Más de 20 millones de personas, incluidos alrededor de 11 millones de niños, necesitan asistencia humanitaria urgente.
Agencias Reuters, AFP y AP
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