Los brasileños, una "salvación" para Miami
MIAMI.- Incluso en una ciudad que ha recibido y aceptado tantas oleadas de latinos que se la conoce, casi en broma, como la única capital sudamericana en Norteamérica, ningún grupo ha sido tan cortejado y mimado como los brasileños.
Repletos de dinero de una floreciente economía y enamorados del lujo, los brasileños visitan en masa el sur de Florida, donde gastan millones de dólares en condominios de vacaciones, ropa, joyas, muebles, autos y obras de arte, artículos que son mucho menos caros aquí que en Brasil.
Como agradecimiento, los residentes de Florida están pensando en formas innovadoras para satisfacer a los brasileños y lograr que sigan vaciando sus billeteras. Los agentes inmobiliarios, por ejemplo, han armado empresas que ofrecen decoración de interiores y servicios de conserjería, así como asesoramiento legal y ayuda para obtener visas. Algunos agentes, incluso, han abierto oficinas en Brasil para simplificar el proceso.
Conscientes de que los brasileños no gastarán generosamente si no se sienten como en casa, los shoppings los atraen contratando empleados que hablan portugués para ofrecerles vestidos Dolce & Gabbana y relojes Hublot. Hasta Target ha puesto avisos en los que pide empleados que hablen portugués.
También los restaurantes brasileños florecen en todo Miami, incluida una popular cadena de Brasil –Giraffas– que tiene en su menú el pan de queso brasileño y cortes de carne especiales.
Decir "Hola" y dar besos al aire sigue siendo una característica de Miami, pero el "Oi" –el saludo brasileño– está haciendo notables avances.
"Venimos a invertir a Miami porque en mi país la vivienda es muy cara", dijo Claudio Coppola Di Todaro, un inversor de fondos de cobertura de San Pablo que acaba de comprar un condominio en Trump Towers, de Sunny Isles Beach, y otro en el Trump SoHo de Manhattan (los brasileños también adoran Nueva York).
"Nos gusta Miami para ir de vacaciones unas cuantas veces al año. Muchos brasileños lo hacen ahora."
Mientras Estados Unidos y Europa siguen luchando con la recesión, la economía de Brasil avanza al galope, alimentada por las exportaciones y abundantes recursos naturales. En octubre, el índice de desempleo fue del 5,8%, y esta semana el país desplazó a Gran Bretaña y se convirtió en la sexta economía del mundo.
A los brasileños, amantes de las marcas, les encanta comprar –en efectivo, en general–, y ocupan el primer lugar de gastos per cápita entre los primeros 10 grupos de turistas que llegan a Estados Unidos, una lista que incluye a los franceses, los británicos y los alemanes.
En total, 1,2 millones de brasileños visitaron Estados Unidos en 2010 y gastaron 5900 millones de dólares, o 4940 dólares por visitante. Sólo los turistas procedentes de la India y China superaron en gastos a los brasileños, pero son muchos menos los que llegan a Estados Unidos, y no se cuentan entre los primeros 10.
El Departamento de Comercio espera que este año el número de brasileños sea mayor. El impacto económico que ejercen es tan fuerte que las industrias del turismo, la gastronomía, el alojamiento y los comercios, junto con la Cámara de Comercio, han ejercido presión sobre Washington para que se permita a los brasileños viajar a Estados Unidos sin visa.
Apuro por las visas
En noviembre, el Departamento de Estado accedió a agregar más funcionarios consulares para acelerar el proceso de obtención de la visa.
American Airlines tiene ahora 52 vuelos semanales a Miami desde cinco ciudades de Brasil, y ha pedido más rutas.
Como recibe la mayor cantidad de turistas brasileños, Florida es el estado que más se ha beneficiado con la nueva riqueza del país y con la expansión de su clase media. La mayoría de los brasileños que viajan a Estados Unidos visitan Florida, y en los primeros nueve meses de este año se estima que alrededor de 1,1 millones de brasileños gastaron 1600 millones de dólares en ese estado, un aumento de casi el 60% con respecto al año anterior. Entre las naciones extranjeras, sólo Canadá envía más visitantes a Florida.
El dinero de los brasileños ha contribuido a resucitar el mercado inmobiliario de Miami. Los extranjeros representan más de la mitad de las ventas de propiedades de Miami, y los condominios de torres que solían estar vacíos ahora se están agotando rápidamente.
"En muchos sentidos, los brasileños han sido la gracia salvadora", dijo Edgardo Defortuna, de Fortune International Realty, que tiene oficinas en Brasil y en Miami. "El precio no es un problema para ellos."
Aquí los brasileños encajan inmediatamente en el estilo de vida latinoamericano. Y la relativa seguridad que ofrece Estados Unidos es un aliciente. El índice de homicidios de Río de Janeiro, aunque está en disminución, es casi el triple que el de Miami.
Ansiosos por comprar y pasar tiempo con amigos y familiares, clanes ampliados de brasileños suelen comprar condominios en el mismo edificio, como el W de South Beach.
"En Miami, pueden venir y usar relojes caros y conducir sus autos convertibles, y nadie les cortará el brazo para robarles una joya, como les ocurre en su país", dijo Alexandre Piquet, un abogado brasileño de Piquet Realty, una empresa fundada por su hermano, Cristiano, un famoso corredor de autos.
Asesoramiento
Piquet Realty, fundada en 2005, duplicó sus negocios el año pasado, dijo Cristiano Piquet. Algunos de los departamentos que vende vienen completamente amueblados por Artefacto, una importante marca brasileña de diseño. Si los brasileños necesitan ayuda con las transacciones legales, temas impositivos o consejos sobre inmigración, la empresa también les ofrece esos servicios. Si un cliente quiere comprarse una Ferrari, Piquet Realty se ocupa.
Como tantas empresas de Florida, la empresa lanzó una fuerte campaña de promoción en Brasil, lo mismo que la junta de turismo de Miami y el gobernador de Florida, Rick Scott, que viajó este año a Brasil en misión comercial.
Y ahora Orlando está intentando atraer a los brasileños, que prefieren los shoppings con descuentos que ofrece la ciudad antes que sus parques temáticos.
Pegasus Transportations ofrece regularmente tours de compras y traslada a miles de brasileños a los centros comerciales. El outlet de ropa de Tommy Hilfiger y el comercio de electrónica H.H. Gregg abren temprano solamente para los clientes de Brasil. "Compran todo lo imaginable", dijo Claudia Menezes, vicepresidenta de Pegasus. "Laptops, cámaras, ropa de marca. Muchísimas cosas de Prada y de Louis Vuitton."
Este gusto por gastar plata es la razón fundamental por la que la batalla sobre la visa está cobrando importancia en el Congreso norteamericano.
Sólo hay cuatro oficinas consulares en Brasil, un país que tiene casi el mismo tamaño que Estados Unidos. Para conseguir una visa, muchos brasileños deben viajar largas distancias para ser entrevistados en una oficina consular. Pese a este complicado proceso, este año hubo 820.000 solicitudes de visa, con una espera promedio de 50 días.
Los lobbistas están presionando al Congreso y al Departamento de Estado para que cambien el procedimiento. Además de eso, están pidiendo más oficinas consulares y un programa piloto destinado a chequear a los postulantes por medio de videoconferencias.
Mientras tanto, dicen los funcionarios de turismo, Europa se está robando un gran número de turistas brasileños porque viajar allá es más sencillo. Europa recibe el 52% de todos los brasileños que viajan al exterior, y Estados Unidos, el 29 por ciento.
"Probablemente se podría duplicar el número de brasileños en Estados Unidos si no se exigiera la visa –dijo Patricia Rojas, vicepresidenta de la Travel Association, de Estados Unidos–. Estamos en absoluta desventaja."
Traducción de Mirta Rosenberg
Lizette Alvarez
Temas
Más leídas de El Mundo
“Acontecimiento excepcional”. Qué causó la histórica tormenta que desató el caos en Dubai y generó severas inundaciones en la península arábiga
"Rodeado y agredido". Difunden un duro video del secuestro del padre de la familia argentina-israelí capturada por Hamas
"No por la prensa". Boric dio “por superada” la fricción por los dichos de Patricia Bullrich, pero criticó a la ministra