Contra las recomendaciones, Cristina partió a La Habana

No sólo los médicos personales le recomendaron que no se exponga a tanto viaje en avión sino que el mismo gobierno venezolano le sugirió que espere un tiempo antes de ir a La Habana. Pero Cristina Kirchner igualmente se empecinó en viajar a Cuba para estar bien cerca de Hugo Chávez en momentos en que su delicado estado de salud es toda una incógnita nacional.

Así, la Presidenta partió anoche rumbo a La Habana, en una escala previa que hará de su largo periplo por Emiratos Árabes Unidos, Vietnam e Indonesia. En paralelo, envió a Caracas a su canciller, Héctor Timerman, que participó ayer del acto de apoyo de los líderes latinoamericanos al mandatario venezolano.

"Cristina tiene un afecto muy grande por Chávez por todo lo que él hizo por la Argentina y por Néstor [Kirchner]. Nada la podía detener en sus deseos de estar cerca de Chávez en estas horas", comentó ayer a LA NACION un funcionario de la Casa Rosada que no viajó a Cuba.

Según se supo, el gobierno venezolano insistió hasta último momento en que Cristina Kirchner no fuera a Cuba hasta no tener un panorama más claro de la salud de Chávez. Le deslizaron incluso que existe la posibilidad certera de que ni siquiera pueda llegar a ver a Chávez, que está internado. De hecho, el vicepresidente Nicolás Maduro no habría podido ver a Chávez en más de dos o tres oportunidades en las últimas semanas, según reveló la prensa internacional.

Cristina Kirchner estará poco menos de 22 horas en La Habana antes de partir a Asia. Pero apostará ese tiempo por ver a su par venezolano. Los médicos personales de la Presidenta no estaban muy conformes con esta decisión. Le habían recomendado que por su problema de tiroides no se exponga a un viaje tan extenso como el que comenzó anoche. Es que estará unos 11 días afuera del país y recorrerá más de 20.000 kilómetros si se toma en cuenta todo el viaje a Cuba y el periplo por Asia.

Pero la Presidenta está dispuesta a ir a Cuba aunque sea a "hacer acto de presencia", como dijo un ministro, y a acompañar a los familiares de Chávez en este crucial momento. De hecho, varios funcionarios recordaron ayer que cuando murió Néstor Kirchner, en octubre de 2010, Chávez viajo de inmediato a la Argentina y acompañó a la Presidenta y a sus hijos hasta el entierro del ex mandatario.

Fue uno de los pocos allegados a la familia presidencial que estuvo en el cementerio de Río Gallegos. Cristina Kirchner tiene, a su vez, un trato muy cercano con una de las hijas de Chávez, María Gabriela, que estuvo en Olivos el 8 de noviembre, cuando afuera de la quinta presidencial se realizaba una masiva protesta contra el Gobierno.