Coronavirus. Aunque salva vidas, en EE.UU. todavía se discute el uso del barbijo
WASHINGTON.- Una mujer encolerizada discutía con dos empleadas de un supermercado en las afueras de Los Ángeles, cuando arrojó su canasto al piso, y encaró hacia la salida a los gritos: "¡Cerdos de m…!¡Cerdos demócratas, todos ustedes!". La mujer no llevaba barbijo, violando una orden estatal del gobernador de California, Gavin Newsom, y de la ciudad que obliga a usarlo en público, y en situaciones y lugares de riesgo, como un supermercado.
Un muy amplio consenso científico respalda el uso de barbijo para frenar la propagación del coronavirus. Los médicos y el gobierno federal lo recomiendan. Varios estudios han concluido que, mientras más gente se cubra la boca en público, habrá menos contagios y menos muertes. Pero, en Estados Unidos, el uso de un "tapabocas" se ha convertido en un asunto de alto voltaje político, un motivo de polémica, puja ideológica y batalla cultural entre demócratas y republicanos en tiempos de grieta, y una nueva fuente de críticas contra el presidente, Donald Trump .
Trump se ha rehusado tajantemente a ser visto con un barbijo en público, y nunca quiso imponer su uso en todo el país. El presidente optó por delegar esa responsabilidad –y su consiguiente costo político– en los gobernadores, alcaldes y las autoridades locales de todo el país, tal como hizo con la decisión de cerrar negocios y pedirle a la gente que se aísle en su casa. Por el contrario, Joe Biden, su rival demócrata, ha dicho que, si llega a la presidencia, exigirá su uso, y días atrás publicó una foto suya en las redes donde se lo ve con una gorra y la cara cubierta. "Usen barbijo", leía el epígrafe.
No es casualidad: en Estados Unidos, el barbijo quedó atado a las afiliaciones políticas. Una encuesta del Centro de Estudios Pew de fines de junio reveló que un 76% de los demócratas dijeron haber utilizado un tapabocas, pero esa proporción bajaba a un 53% entre los republicanos, y a un 49% entre republicanos conservadores.
Una audiencia pública de las autoridades del condado de Palm Beach, en Florida, que obligó a usar barbijo, mostró apasionados argumentos en contra de la medida que se viralizaron en un resumen que presentó la cadena CNN. Una mujer acusó a las autoridades de "obedecer las leyes del diablo", y otra de "darle la espalda" al "maravilloso sistema respiratorio de Dios".
El fuerte rebrote de la pandemia en Texas, Florida y California –los tres estados más poblados del país– llevó a muchos republicanos a ser más asertivos para que la gente adhiera a una de las prácticas globales que impuso la pandemia, o incluso a cambiar de postura. Un caso: a fines de marzo, el gobernador republicano de Arizona, Doug Ducey, llegó a firmar una orden que prohibía a las ciudades del estado forzar el uso del barbijo. Ante el alarmante aumento de contagios, tuvo que anularla.
La explosión de contagios que se ha visto en el sur y oeste del país elevó también la presión sobre Trump y la Casa Blanca para que brinden señales más contundentes. "No debemos tener un estigma, ninguno, sobre usar barbijo", reclamó ayer el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, quien ya había afirmado unos días atrás que los barbijos "eran muy importantes". Trump, por ahora, se niega a dar un mensaje más contundente. La única señal que llegó desde lo más alto del poder la dio el vicepresidente, Mike Pence, quien en su último viaje a Texas sorprendió al bajarse del avión luciendo un tapabocas con el sello de la Casa Blanca.
"Cuando no podés mantener el distanciamiento social, usar barbijo es simplemente una buena idea, y sabemos que frenará la propagación del coronavirus", indicó Pence.
La oposición demócrata cree que Trump debe ir más allá. El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, referente nacional de los demócratas en la lucha contra la pandemia, pidió que el presidente firme un decreto para imponer el barbijo.
"¿Cómo estaos en este punto como país y todavía no hemos hecho lo más fácil y simple y mínimo que es decir: ‘Tenés que usar barbijo en público’?", pregunto Cuomo. "Lo hicimos hace dos meses. Los otros estados lo están haciendo ahora, estados que eran recalcitrantes, gobernadores que dijeron: ‘No necesitamos hacer esto, las máscaras no funcionan’, ahora están haciendo un giro de 180 grados", continuó.
Christopher Murray, director del Instituto para la Evaluación y las Métricas de la Salud de la Universidad de Washington, ofreció días atrás un dato: "La gente necesita saber que usar barbijos puede reducir la transmisión del virus hasta en un 50 por ciento, y aquellos que se niegan están poniendo en riesgo sus vidas, sus familias, sus amigos y sus comunidades".
Un estudio de la universidad estimó que si al menos el 95% de la gente usara barbijo en público, Estados Unidos evitaría más de 33.000 muertes por Covid-19.
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